El mercado laboral en Ecuador registra más informalidad

Un grupo de trabajadores informales comercializa agua y bebidas energizantes en el centro de Guayaquil. Foto: Enrique Pesantes / EL COMERCIO

Un grupo de trabajadores informales comercializa agua y bebidas energizantes en el centro de Guayaquil. Foto: Enrique Pesantes / EL COMERCIO

Un grupo de trabajadores informales comercializa agua y bebidas energizantes en el centro de Guayaquil. Foto: Enrique Pesantes / EL COMERCIO

El 2018 cerró con una reducción del desempleo en el país, pero subió la informalidad.

Dos indicadores muestran esta realidad. El primero es el número de empleados que trabajan en el sector informal.

Al cierre del año pasado, 46 de cada 100 empleados se encontraban en esta condición, más que en el 2017, cuando eran 44 de cada 100.

“La tasa de informalidad del mes pasado es la más alta para un mes de diciembre desde que se tiene información comparable”, destacó un análisis difundido ayer (16 de enero del 2019) por la Corporación de Estudios para el Desarrollo (Cordes).

El segundo indicador que muestra esa realidad es el denominado “otro empleo no pleno”. En esta categoría está quien no gana el salario básico o trabaja menos de ocho horas diarias, pero no quiere o no puede laborar más horas. También se incluye a quienes trabajan más de 40 horas.

En este segmento están vendedores ambulantes como José Yumbo, un comerciante de 53 años que ayer llevaba cuatro horas en las afueras de la terminal El Recreo y no había vendido ninguna de las gafas que llevaba consigo. Trabaja en esto hace 20 años y dice que está acostumbrado a tener días buenos y malos. En un día bueno vende unas cuatro gafas; es decir, unos USD 20.

“Yo tengo una discapacidad física en la pierna, no puedo trabajar en otras cosas, y ya estoy acostumbrado a esto. Ya no es como antes, hay mucha competencia, pero sigo adelante”, comenta.

Hasta diciembre del año pasado se registraron 2,31 millones de ciudadanos en este segmento, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC). La cifra representa un incremento de 361 964 personas.

Casi siete de cada 10 de estos trabajadores están en el sector informal; es decir, personas o empresas que no constan en la base de datos del Servicio de Rentas Internas (SRI), no pagan impuestos, no facturan o no están registrados en la Superintendencia de Compañías ni en la de Bancos.

Una de ellas es Sara Gavilánez, quien trabaja vendiendo galletas en el sur de Quito. Lo hace desde las 10:00 hasta las 12:30 para tener tiempo de cuidar a sus dos hijos; uno de 6 y otro de 3 años. “El 2018 trabajaba en un salón de eventos y recepciones, ganaba el sueldo básico”, cuenta.

A diario vende unos 20 paquetes de galletas de USD 0,50, si las ventas van bien. “Hay días más difíciles, no se vende mucho, me muevo a otros lugares. Pero si no alcanzo a vender todo regreso a casa”.

Nicolás Acosta, catedrático de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador, explica que el incremento del “otro empleo no pleno” se debe a la incertidumbre y pesimismo que genera la situación actual del mercado laboral. Las personas se resignan con trabajos de pocas horas y bajos ingresos, y no buscan mejorar su trabajo, agrega.

En Ecuador, la proporción de empleados con un empleo adecuado; es decir, que trabajan más de 40 horas a la semana y ganan ingresos iguales o superiores al salario básico, disminuyó. A diciembre del 2018, 40 de cada 100 trabajadores tenían un empleo pleno. En igual mes del año previo, 42 accedían a un trabajo de calidad.

Otra razón del incremento del otro empleo no pleno se debe a una mayor demanda de fuentes de empleo por parte de extranjeros, que aceptan laborar aun en condiciones informales, explicó Gabriel Recalde, director del Centro de Estudios de la Política Laboral.

A lo anterior se suma otro hecho: “La gente busca nuevos ingresos para complementar las desmejoras de su empleo o de alguno de los integrantes de su hogar”, dijo Byron Villacís, exdirector del INEC.

Ese es el caso de Alexander Valdivia, un joven universitario que decidió buscar empleo en su tiempo libre para ayudar con los gastos de su familia.
Desde julio del año pasado trabaja seis horas en un ‘call center’. Gana un sueldo mensual de USD 350.

El INEC aclaró que no todas las personas que se encuentran dentro del otro empleo no pleno trabajan en condiciones de informalidad. Por ejemplo, Valdivia está afiliado al seguro social y recibe otros beneficios de ley, como los ‘décimos’.

Si bien la tasa de subempleo bajó al cierre del 2018, sigue alta comparada con el 2015, cuando fue del 14%.

El titular de Cordes, José Hidalgo, indicó que las cifras del mercado laboral del 2018 reflejan que no hay demanda de trabajadores en las empresas, lo “que obliga a las personas a acudir al sector informal”.

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