Redacción Sociedad
El ex presidente de la Sociedad Ecuatoriana de Farmacología y médico internista del hospital Metropolitano, Fernando Moscoso, sostiene que el Instituto de Higiene Izquieta Pérez no hace pruebas de biodisponibilidad ni bioequivalencia de medicamentos (la prueba determina la calidad y seguridad de un fármaco).
“Solo ve si en verdad el producto tiene la sustancia activa. Con esto se verifica si a lo mejor una tableta fue elaborada con base en talco y pare de contar”, explica.
Con él concuerda el ex decano de la Facultad de Medicina de la Universidad Central y director de la Corporación de Biotecnología, Fernando Sempértegui. “La bioequivalencia consiste en administrar productos genéricos y de marca a personas voluntarias y sanas. Eso quiere decir que debe realizarse un típico diseño clínico de investigaciones y no se hace”.
El doctor Sempértegui dice que el Izquieta Pérez realiza ensayos de laboratorio básicos. “Las pruebas de equivalencia no se hacen en personas, sino en máquinas. Allí se aplica el genérico y el fármaco de marca y se comparan las propiedades físicas-básicas de los dos productos. Nada más”.