La Habana, ANSA
Cuba enfrenta la crisis económica mundial con agricultura urbana orgánica y sostenible. La actividad produce más de 3 millones de toneladas de vegetales al año, cuya importación se trata de reducir.
Ideada por Fidel Castro en los años 90 como agricultura de crisis en pleno Período Especial tras la desintegración de la Unión Soviética, se convirtió en poco tiempo en una agricultura con notables resultados productivos. Este plan emplea a 300 000 trabajadores en ese país.
Son terrenos dentro de las ciudades y en sus periferias en los que se cultiva sin la utilización de fertilizantes químicos ni pesticidas lechuga, acelga, cebollino (cebolla de verdeo), maíz, yuca, plátano y otros.
También hay ganado avícola, porcino, caprino y cunícula, acuicultura y biofertilizantes a partir del humus de lombriz. Se emplean pajas y desechos agrícolas y riego por goteo, con un gasto mínimo de agua.
En total hay 4 013 organopónicos -dedicados a cultivos más delicados como la acelga- y 6 000 huertos intensivos -para hortalizas más rústicas como remolacha, habichuelas o cebollas- que ocupan en el país 11 000 hectáreas, el 14,6% de la superficie total, cifra que va en aumento.
Los patios, pequeñas parcelas, azoteas e incluso balcones en los que se ven crecer hortalizas y plantas medicinales no tienen estadísticas, pero se calcula que un millón de personas obtienen alimentos por esa vía.
Pero actualmente Cuba importa el 85% de las proteínas y calorías que consume. El gobierno de Raúl Castro busca la sustitución de las importaciones y el aumento de la productividad de la agricultura. Miguel Angel Salcines, agrónomo de 59 años, dice que el principal problema es la falta de insumos.