Milagros, quien se distrae en su bicicleta, junto con su Soledad Torres. Foto: Archivo Particular.
Una vez por semana, Milagros, de 23 años, acude a El Chaquiñán, de Cumbayá, para practicar en su bicicleta de mano -vehículo de tres ruedas adaptado para personas con discapacidad-. Antes de salir toma su casco, guantes, botas y un frasco para el agua; más su mascarilla para evitar el contagio de covid-19.
Su madre Soledad Torres, antropóloga de 58 años, asegura que cuando su hija sale está tranquila porque es responsable y cuida de su salud.
Ella ya está vacunada. El proceso fue difícil pese a que las personas con discapacidad están dentro de los grupos prioritarios para la inmunización en la fase uno, que terminará el 20 de este mes.
Solo de esta población se espera inmunizar a casi 228 000 personas hasta el 24 de mayo, fin de la gestión del gobierno actual. Lo explica Xavier Torres, presidente del Consejo Nacional para la Igualdad de Discapacidades (Conadis).
La mayoría de ellos -anota- tiene más de 65 años: 119 743 ciudadanos (ver gráfico).
Milagros tiene una discapacidad física del 91%, producto de sufrimiento fetal. El lunes anterior acudió al Centro de Exposiciones Quito, para solicitar la vacuna, sin cita. Fue con su hermano Mateo, de 37 años. Esperaron un par de horas y la respuesta fue negativa.
Al siguiente día probaron suerte en la Espe. Los hermanos se trasladaron desde su casa en Nayón a Sangolquí.“Actuamos por intuición. En este sitio lo lograron”, relata Soledad.
Milagros ya tiene la primera dosis y entrena más segura en su ‘bici’ de mano. Empezó en ese deporte en plena pandemia, en marzo del 2020. Y es su única distracción. Su madre se pregunta cuándo será el turno del resto de chicos con discapacidad, que también requieren salir por motivos de salud.
Cada día, María De Luna, de 44 años, piensa en lo mismo. Su hija Génesis cumplirá la mayoría de edad en pocas semanas. La joven tiene el síndrome de Lennox Gastaut, que le provoca convulsiones severas y discapacidad de más del 85%.
“Acudimos al Hospital de Calderón. Me dijeron que no les estaban vacunando”.
Al siguiente día, María recibió una llamada de la casa de salud, le pedían que se acercara a ese sanatorio de urgencia. “Estaba trabajando y me dieron una hora para llegar. No tengo carro y no alcanzamos. Pero ayer, martes 4 de mayo del 2021″.
Para Alexis Ponce, fundador de la Asociación Nacional de Derechos de Pacientes en Riesgo y Familias Vulnerables del Ecuador, la vacunación a las poblaciones con discapacidad y patologías catastróficas debe ser una prioridad. Ellos, subraya, tienen alto riesgo de enfermarse gravemente.
Su hija Tahís, de 19 años, ya recibió la primera dosis. “No fue fácil”, recuerda. Al igual que a María, el 25 de abril le llamaron y le dieron una hora para llegar al Hospital de Calderón. Él vive en Ponceano, por lo que tuvo que buscar un taxi y pedir al conductor que vaya lo más rápido para cumplir con la cita improvisada.
“Seguiremos, aseguró, luchando por el resto de las familias y de sus cuidadores”.
El viernes pasado, 38 miembros del Centro de Terapias y Cuidados para Personas con Discapacidades Intelectuales (Finesec), en Quito, fueron inmunizados.
Xavier Torres espera que esta semana se haga una “convocatoria fuerte” (masiva). Comentó que por el momento resulta complejo vacunar a los cuidadores, ya que todo depende de la cantidad de fórmulas que arriben al país.
El Ministerio de Salud también informó que, en los puntos disponibles a escala nacional, las personas con un porcentaje de discapacidad superior al 50% pueden recibir las dosis. Para eso deben presentar el carné y la cédula. Para actualizar sus datos ingrese en: https://m.me/citas.med.ec.
Soledad, madre de Milagros, discrepa con ese punto de vista. Ella ha cuidado de la chica, que en el 2019 se graduó y aún no decide qué estudiará en la universidad, desde su nacimiento.
La ha impulsado para que sea una joven independiente y activa. Pero, por ejemplo, debe acompañarla siempre a sus terapias, por lo que cree que es importante que quienes realizan esta y otras labores sean inoculados.
Además es una sobreviviente del cáncer. “Si algo me pasa a mí, ¿con quién se quedaría mi hija? ¿Qué sería de ella?”.