El puente de La Armenia colapsó el pasado 30 de marzo del 2017. Foto: Alfredo Lagla/EL COMERCIO
Durante un año los vecinos de los barrios ubicados en los alrededores de La Armenia, Oriente de Quito, donde el puente Huasipungo colapsó debido a las fuertes lluvias, deberán seguir usando un camino de segundo orden para salir a la autopista General Ruminahi.
El 30 de marzo, el puente que conectaba a sectores como San Virgilio de Conocoto, Gualberto Arcos y la urbanización Ciudad de Quito, con la autopista se vino abajo. Desde entonces, las cerca de 6 000 personas que habitan en esta zona, no tienen más opción que transitar por la calle Nela Martinez, para salir al puente tres, lo que ha duplicado, y triplicado en días de tráfico, los tiempos de traslado.
Jacinto Araujo vive en La Armenia y comenta que sin el puente, la movilidad de él y sus vecinos se complicó. Ahora, para llegar a San Rafael, tarda hasta 20 minutos, cuando antes máximo demoraba ocho. Asegura, además, que el Municipio se ha tardado en intervenir. “Nos dijeron que en dos meses iba a estar listo. Ya pasó ese tiempo y ahora nos dicen que va a tardar 12 meses”, comenta.
En un inicio, el Municipio había acordado habilitar allí un puente Bailey, sin embargo, luego de realizar los estudios, se determinó que la mejor opción es realizar una intervención total y construir un gran colector para solucionar de raíz el problema. Sobre él se rellenará y se colocará la mesa de la nueva vía.
Juan Pablo Solórzano, gerente subrogante de la Empresa Pública Metropolitana de Movilidad y Obras Públicas (Epmmop) explicó que luego de hacer un análisis de la afectación, se reveló que ya no era viable instalar el puente provisional ya que el margen norte de la quebrada había colapsado. Una vez que el antiguo paso se vino abajo, la base quedó demasiado afectada y se formo una caverna, lo que impedía colocar la estructura provisional.
Como parte de los estudios, se analizaron varias opciones y finalmente se optó por construir un colector sobre el cause, lo que permitirá, incluso, en un futuro ampliar la vía de dos a cuatro carriles.
Solórzano explicó que la solución del puente provisional se desechó porque resultaba compleja, y requería de la expropiación de al menos cuatro lotes. Además no solucionaba el problema de fondo del cauce del río.
El estudio reveló que dicho cause había sido desviado cuando se construyó el puente antiguo y justamente esa fue la razón del colapso. En los próximos días se iniciará la construcción de un colector tipo bóveda que respete el cauce natural.
El colector tiene una sección a cielo abierto y otra a manera de túnel. Medirá 137 metros de largo por 4,4 metros. Será una obra integral desde el punto de vista hidráulico ya que permitirá que soporte lluvias intensas y por mucho tiempo. La construcción estará en manos de la Empresa Pública Metropolitana de Agua Potable y Saneamiento. En un inicio, dicha mesa quedará de dos carriles, pero tendrá espacios verdes a los costados para en un futuro poder ampliarla.
La inversión será de USD 1,280 millones y no se necesitarán expropiaciones. La obra favorecerá, tomando en cuenta a los beneficiarios directos e indirectos, a 12 700 personas.
Una de las peticiones de los moradores es que se ingrese la obra como declaración de emergencia, para que se la realice en menor tiempo, pero Solórzano explicó que no es posible hacerlo por razones legales, ya que no se cumplen las condiciones de la inmediatez y que sea algo imprevisto. “Sin embargo le hemos dado atención emergente con estudios urgentes”, aseguró.
Los moradores esperan que los plazos se cumplan.