El acto central en La Merced es la procesión de Viernes Santo. La gente elabora sus trajes y participa voluntariamente. Foto: Diego Pallero / EL COMERCIO
Es un privilegio al que no cualquiera tiene acceso. Para protagonizar los eventos que se realizan en la parroquia de La Merced, por la Semana Mayor, hay que merecerlo.
Tan especial es esta fecha para esta comunidad ubicada en el valle de Los Chillos que existe un grupo llamado Semana Santa. Trabaja durante todo el año en la organización. Es una celebración colmada de simbolismo y participación comunitaria. Todo lo hace la gente.
Coordinan las misas, procesiones, elaboran los trajes y los alimentos, y repasan una y otra vez cada detalle.
La celebración arrancó el Domingo de Ramos y quien dio la voz de inicio fue Avelino Morales Cataña, nacido en 1938, el último pifanero de la comunidad. Él es quien guía la Semana Santa con su silbido lúgubre. Su instrumento es una especie de flauta hecha con un hueso de ave que emite un sonido dulce.
Avelino, quien aprendió a tocar solo mirando, empieza a convocar a la comunidad desde la puerta de la iglesia. Su música acompaña las actividades de toda la semana. El Sábado de Resurrección, invita al baile.
Esta es la parroquia más joven del Distrito y su presidente, Andrei Iza Romero, es también el líder parroquial de menor edad de todo Quito y de la provincia. Tiene 22 años y un orgullo desbordante al hablar de la tierra que lo vio nacer.
Avelino Morales Cataña es el último pifanero de la parroquia de La Merced. Foto: Diego Pallero / EL COMERCIO
Iza, quien siempre participó en voluntariado, cuenta que 10 colectivos conforman el grupo Semana Santa. Cada uno es responsable de un personaje. Están por ejemplo los cucuruchos, turbantes, diablos, romanos, entre otros. Son los personajes que dan vida a la procesión de Viernes Santo, uno de los atractivos de esta semana.
Cada colectivo está conformado por unos 24 integrantes. En los distintos eventos participan unas 500 personas, de las 6 000 que habitan la parroquia.
Además, llegan unos 2 500 turistas de todas partes del país, e incluso de EE.UU. y Europa, especialmente a verla procesión que empieza en San Francisco, hoy, viernes 19 de abril del 2019, a las 10:00 y termina en el parque, a las 13:00; y la bendición del fuego que será el sábado a las 19:00.
Javier Fernández es el presidente de los organizadores del grupo de la Semana Santa. Cuenta que el Viernes Santo se designa al cabeza que se encargará de todos los eventos para el año siguiente.
Es una especie de prioste, que se ofrece voluntariamente. Pero no cualquiera puede hacerlo. Debe ser un miembro querido y respetado de la comunidad. Lo mismo ocurre con quienes conforman los distintos grupos. Deben tener afinidad y ser buenos vecinos.
El grupo de los Santos Varones, por ejemplo, es muy estricto al permitir el ingreso de un nuevo miembro. Debe ser colaborador en la parroquia, no debe ser bebedor.
Un Santo Varón se viste de blanco y lleva una vela. En la representación de la pasión y muerte de Jesús que hace la comunidad el viernes, es el encargado de bajar al cuerpo de Cristo de la cruz y llevarlo al Santo Sepulcro.
El grupo de los romanos, en cambio, tiene otros requisitos. Sus 24 miembros fueron elegidos tomando en cuenta su fuerza y su disciplina. Ellos son los encargados de ver que nada malo pase en la iglesia durante lo que ellos llaman la noche más oscura de la humanidad.
Tras la muerte de Cristo, el viernes, las luces de la plaza y de la iglesia se apagan y el cuerpo de Jesús permanece en el templo hasta el sábado. Los romanos lo custodian. Estas actividades también son lúdicas. Si alguien pierde una lanza o un casco, recibe un castigo.
Los turbantes representan a las almas que están en el purgatorio. El grupo es conformado por 24 miembros quienes, a manera de penitencia, cargan sobre sus cabezas unos bonetes enormes de al menos siete metros de alto, que ellos elaboran con ayuda de las mujeres de casa. Entre cuatro personas se tardan tres días en armarlo.
Los diablos representan la maldad, el pecado y la tentación. A lo largo de la procesión ellos van tentando a la gente despistada y asustando a los niños. Los vecinos que desean personificar a un diablo deben estar dispuestos a hacerlo por al menos 12 años, caso contrario, si no se cumple ese tiempo, el diablo real se los lleva.
Cuando Jesús resucita, el sábado, los diablos salen corriendo de la iglesia. A las 20:00 se encienden fuegos artificiales, aparece la banda de pueblo y la gente baila de alegría celebrando la vida de Cristo.
En Alangasí, parroquia vecina, también se vive con intensidad la festividad. Hoy en la mañana se realizará la procesión para revivir la pasión y muerte de Cristo, y mañana en la noche será el encendido del fuego nuevo.