Las religiosas de claustros de Quito elaboran y comercializan hostias para las eucaristías de las iglesias del Centro Histórico y otros destinos. Tras esta labor refuerzan las jornadas de oración.
En las calles Venezuela y Olmedo está el convento del Carmen Bajo, en donde viven nueve religiosas, de entre 42 y 78 años. Ellas realizan las hostias con harina de trigo y agua.
La hermana Raquel de Santa Teresita es la priora y calculó que en las vísperas de Semana Santa vendieron unas 5 000 hostias. A diferencia de hace unos años, ahora se ayudan con máquinas para preparar las sagradas formas de la comunión de los católicos.
Por Semana Santa también vendieron vinos para las ceremonias religiosas. Estos llegaron de otro convento Carmelita de Santo Domingo de los Tsáchilas. Lo hicieron hasta el miércoles 5 de abril de 2023. Luego de eso, ellas empezaron una jornada de retiro para conmemorar la Semana Mayor.
La jornada diaria en el convento empieza a las 05:00 y se extiende hasta las 22:00. Aunque hay quienes arrancan las plegarias a las 04:30. La oración es “nuestra misión principal”, fueron las palabras de la religiosa, quien lleva 45 de sus 65 años en la congregación Carmelita.
Hostias y vinos se hacen en el Carmen Alto
En el Centro Histórico de Quito también se encuentra el convento del Carmen Alto, en las calles Benalcázar y Rocafuerte. Allí habitan 21 religiosas.
La hermana Verónica de la Santa Faz es la superiora y presidenta de la Federación de José de las Madres Carmelitas de Ecuador. Ella aclaró que venden hostias durante todo el año, pero la demanda es mayor en la Semana Santa.
Aunque no recuerda la cantidad de pedidos, sí cuenta que tuvieron solicitudes hasta de Galápagos. Incluyeron cirios de pascua, que los elaboran hermanos Trapenses de Salcedo.
Ellas encaminaron la comercialización y siempre ofrecen vino de consagrar. Las hermanas de ambos claustros elaboran implementos para las liturgias.
La atención habitual en el Carmen Alto y Bajo es a través de un torno, de 09:00 a 12:00 y de 15:00 a 17:00. En el segundo es de 09:00 a 11:45 y de 15:30 a 16:45.
Las oraciones por la crisis en Ecuador se refuerzan en ambos monasterios. Los últimos días de la Semana Santa los dedican a jornadas de recogimiento.
La Hermana Verónica, integrante de la congregación desde hace 35 años, ratificó que han redoblado las oraciones, por las “matanzas” y las víctimas de tragedias como la de Alausí.
El Instituto Metropolitano de Patrimonio (IMP) realiza obras en la iglesia del Carmen Alto por lo que las jornadas de oración se dan en espacios más “íntimos”.
Del mismo modo, en el Centro de Quito se encuentran las Madres Agustinas, en el denominado antiguo templo de la Luna, la vieja recoleta de los Agustinos. Se encuentra en la calle Benalcázar, entre Carchi y Galápagos.
La congregación llegó desde Colombia, en 1877 también producen elementos religiosos. A diario, las tareas empiezan a las 05:00. La madre Ana Lucía es la titular del lugar, donde elaboran una variedad de productos y están unidas en la oración.
Los claustros de Quito tienen siglos de historia
El primer monasterio femenino se remonta a 1577, el de la Inmaculada Concepción. Antes de finalizar el siglo XVI se fundaron dos más: dominicas de Santa Catalina de Siena (1596) y el franciscano de Santa Clara de Asís (1596).
El convento del Carmen Alto se fundó el 4 febrero 1653. Lo que hoy es el Carmen Bajo fue establecido originalmente en Latacunga y un terremoto lo destruyó.
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