Inundaciones, vías dañadas, cultivos arrasados y muerte ha dejado el fenómeno de El Niño en el país, a lo largo de los años. Foto: Archivo 1998 / EL COMERCIO
Era junio de 1997 cuando Rodney Martínez y otros técnicos del Instituto Oceanográfico de la Armada (Inocar) advirtieron el desastre que vendría para Ecuador. “Las autoridades declararon la emergencia pero llegó diciembre y El Niño nos arrasó”.
El 80% de la red vial costera fue devastada. Cerca de 200 personas murieron y otras desaparecieron. La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) reportó USD 2 869 millones en pérdidas… Esas cifras impactaron a Martínez, quien continúa ligado al estudio de este evento, ahora como director del Centro Internacional para la Investigación del Fenómeno El Niño (Ciifen).
Un año después de la tragedia, Guayaquil reunió a más de 450 representantes del mundo. De este encuentro surgió una declaración que dio paso a esta institución científica, actualmente reconocida como centro regional del clima para el oeste de Sudamérica, que cuenta con el respaldo de la Organización Meteorológica Mundial (OMM) y la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos (NOAA).
Pronóstico hasta febrero de 2018 de lluvias:
Durante el período Diciembre 2017-Febrero 2018 existen mayores probabilidades de lluvia por sobre lo normal en costa norte y la parte suroeste del Amazonas de Venezuela, Caribe y en el sector oriental de los Andes de Colombia, Sierra central de Ecuador, nororiental y en los Andes central y sur del Perú, mayor parte del Altiplano y los Valles de Bolivia, Vísviri en Chile y noroeste de Brasil. Infografía del pronóstico hasta febrero de 2018 de lluvias en América Latina. Fuente: Ciifen
Los estudios de El Niño se mantienen, aunque han evolucionado con el cambio climático y el análisis de vulnerabilidades. Mañana (10 de enero) en las conferencias que se desarrollarán en Quito por su aniversario, el Ciifen presentará un compendio de variables para evaluar la susceptibilidad de la población frente al clima, que fue revisado por las Naciones Unidas.
“Hemos trabajado en las zonas altoandina, amazónica, insular y costera de la región, en distintos contextos sociales, económicos y ambientales, para determinar cuán susceptible es la población, y para que el tomador de decisiones (las autoridades) tenga un criterio para priorizar acciones”, explica Martínez.
Una experiencia positiva para el Ciifen es la apertura que tuvieron del Gobierno Provincial del Guayas, que tomó como base un estudio del centro para delinear su estrategia de cambio climático.
Martínez recuerda que se toparon con el drama de los jóvenes agricultores, que tienden a abandonar el campo por falta de incentivos. “Si las cosas se mantienen así, el estudio concluyó que en 20 a 30 años Guayas se convertiría en un gran centro urbano, sin áreas de producción, y con cinturones de pobreza expandidos”.
El Niño no se ha apartado de los análisis del Ciifen. El 2015-2016 fue uno de los más fuertes desde 1998. Ecuador no sufrió grandes afectaciones, a diferencia de otros países de la región que buscaron la asesoría del centro.
Temperatura superficial del mar en América Latina:
La temperatura del mar en el Pacífico ecuatorial, que desde octubre permanece más fría de lo normal, dio señales de un posible evento frío. Actualmente la atmósfera ha respondido a dicho enfriamiento, confirmando el desarrollo de un evento La Niña de características débiles, que se estima que permanezca por lo menos hasta el primer trimestre de 2018. Infografía de la temperatura superficial del mar en América Latina. Fuente: Ciifen
El director internacional recuerda que tuvieron una videoconferencia con el gabinete de Gobierno de Paraguay, que armó un plan de contingencia y declaró la emergencia tras esa reunión. “Fueron afectados, pero pudieron salvar más vidas y se prepararon mejor”. En ese año recibieron un reconocimiento de la Asamblea General de las Naciones Unidas.
A futuro, el centro apunta a cuatro líneas de trabajo: el análisis de poblaciones afectadas, del que se espera tener un prototipo a fines del 2018; contar con herramientas más precisas, para determinar vulnerabilidades; fortalecer su red científica y contar con un programa de actualización y fortalecimiento de profesionales. “Oceanógrafos, meteorólogos, hidrólogos son especies en peligro de extinción. Y es una paradoja, en este siglo marcado por el cambio climático”.
Desde hace 15 años Guayaquil mueve la agenda científica sobre El Niño. Hasta ahora se han desarrollado tres conferencias internacionales y para octubre el Ciifen ya planifica un encuentro con 300 científicos del mundo para analizar este fenómeno en el contexto del cambio climático.
Martínez reconoce que hasta hace un año era difícil establecer una relación. “Ahora hay más evidencia. Por efecto del cambio climático deberíamos esperar eventos El Niño más fuertes y, posiblemente, más continuos”.