Redacción Quito
En las viviendas con amplios balcones, fachadas de distintas tonalidades y calles angostas del Centro Histórico la cotidianidad cambia cuando se cierran las vías. En estos días, por ejemplo, se interrumpe el tránsito debido a la programación del Bicentenario.
Dos estacionamientos
Los parqueaderos públicos que atienden las 24 horas no abastecen para el número de autos que circula por el Centro.
Mejor control policial en las intersecciones. Los policías no regulan el giro de autos en las intersecciones y hay conflictos.
Adriana Guerrón, de 37 años, atiende su bazar en la esquina de la calle Venezuela. El sábado, la mujer salió a pedir a los policías que sancionen a los conductores que hacían bulla con los pitos. Su reclamo no se escuchó por el sonido intenso de los parlantes instalados en la Plaza Grande.
“Los programas dañan las ventas de nuestros locales. Hay congestión vehicular y hay más bulla de lo normal. Es insoportable y prefiero cerrar el local en esta época”, se quejaba Guerrón.
En las puertas de las viviendas de las calles García Moreno, Mejía, Chile, Cuenca… hay almacenes de calzado, ropa, Internet, tiendas, restaurantes y cafeterías.
Las puertas de estos sitios se cierran temprano, antes de las 18:30, cuando hay actos nocturnos. Eso facilita para que los conductores estacionen sus automóviles en las veredas.
Pero interrumpe el paso peatonal y provoca amontonamiento de personas.
Los únicos vehículos privados que circulan por allí son los que tienen autorización como las autoridades, diplomáticos, servicios públicos y de emergencia.
“Cuando hay actos o protestas se debe bloquear todos los accesos al Centro Histórico y privilegiar el paso peatonal”, sentenció Alicia Guevara a un policía de Tránsito. Ella no pudo caminar por la vereda con sus dos hijos en la calle Venezuela.
Los vendedores y peatones no fueron los únicos afectados. Segundo Arias, un latacungueño que llegó a vivir hace tres meses en el Centro Histórico, se encontró con el problema de no tener dónde estacionar su camioneta.
Él vive a tres cuadras de la Plaza Grande, en la García Moreno. “Ya no soporto tanta bulla y el tráfico. Tendré que cambiarme de casa”.
En el centro, las calles Venezuela y Benalcázar son corredores centrales en sentido sur-norte y norte–sur, respectivamente. Por allí también circulan las líneas de transporte público.