Redacción Construir
Las viviendas y oficinas acaparan el 60% del consumo de materiales y de energía y la mitad de los residuos y contaminación que se genera en todo el planeta.
30 años es la vida útil de los paneles fotovoltaicos trabajados con los mejores materiales.Ante la actual crisis energética, cada vez son más los arquitectos que apuestan por la sostenibilidad al ejecutar sus proyectos.
Pero no hace falta ser un experto para conseguir una casa más respetuosa con el medioambiente, explica el arquitecto Fernando Hinojosa.
“Existen elementos que, si bien resultan entre un 10 y un 15% más caros que los tradicionales, ayudan a aprovechar los recursos naturales evitando gastos innecesarios a largo plazo”.
Existen varios determinantes que ayudan a que una vivienda sea más amable y respetuosa con el medioambiente, sugiere el arquitecto Christian Wiese.
La orientación es definitiva. Si se va a construir la vivienda, se debe elegir una orientación este-oeste, para aprovechar los soleamientos de manera natural. En la fachada más fría se harán ventanas más pequeñas para reducir la pérdida de calor en invierno.
En los lados este-oeste, por el contrario, los vanos serán mayores para permitir la entrada del sol.
Si bien resulta algo caro, explica Wiese, es deseable que las ventanas tengan un doble cristal, con cámara de aire en todas las ventanas. De esa manera se vuelven aislantes térmicos y acústicos.
El gasto del agua es capital, explica Hinojosa. Mientras más se ahorre es mejor. Los inodoros de ahorro de agua, de no más de seis litros por descarga, son los ideales. ¿Y en las griferías? Las de un cuarto de vuelta, que se ofertan en el mercado, son muy ahorradoras y optimizan el gasto del líquido.
También se puede colocar -o instar a los copropietarios o condóminos a que los hagan- un recolector de aguas lluvia para la descarga de los inodoros o para regar los jardines.
¿Y lo referente a la utilización de la energía? Fundamental, explica Hinojosa. La solar es una buena alternativa. La energía fotovoltaica puede llegar a abastecer hasta el 60% del agua caliente sanitaria y la calefacción de un edificio. Y aunque la inversión inicial es alta, esta se amortiza pronto y, al final, se logra un ahorro sustancial.
Asimismo, continúa Wiese, se deberán integrar en la casa electrodomésticos y aparatos de bajo consumo energético, equipos de iluminación eficientes y, siempre que se pueda, sistemas domóticos que incluyan mecanismos para el encendido del alumbrado en zonas comunes.
Los tan mentados focos ahorradores son una opción; los diodos LED, otra. Aunque cuestan el doble que las bombillas normales, duran ocho veces más.
La utilización de los materiales, tanto en la fabricación como en el equipamiento, es esencial. Además de los tradicionales, como la madera y la piedra, se suele utilizar cerámica, hormigón ecológico y corcho triturado. El plástico biodegradable también es una opción interesante.