Las docentes del Guagua Centro de Alangasí enseñan la colocación de las mascarillas. Foto: Pavel Calahorrano/ EL COMERCIO.
Las acciones de prevención frente a una posible erupción del volcán Cotopaxi se realizan semanalmente en centros de educación inicial de Los Chillos. En estos espacios, los docentes se encargan de explicar a los estudiantes sobre las medidas de seguridad en caso de una eventualidad. Además, el trabajo se extendió a los padres y madres de familia.
En Los Chillos, que comprende parroquias de Quito como Alangasí y Conocoto, y Rumiñahui se han contabilizado 23 centros infantiles con 1 600 estudiantes aproximadamente. Están en las zonas de influencia por el paso de los lahares por los ríos Pita, Santa Clara y San Pedro, y por la caída de ceniza.
Desde septiembre, en estos establecimientos se definió los planes de contingencia y para este mes ya se han ejecutado varias acciones, como capacitaciones a los docentes y representantes legales, simulacros y demás actividades.
Se destaca los talleres a los estudiantes de educación inicial; lo hacen de forma lúdica, con títeres y canciones. Las profesoras del Guagua Centro de Alangasí, ubicado en el barrio San Carlos, realizan una demostración a los estudiantes de lo que puede pasar en una emergencia.
Lo importante es que los niños aprendan que la prevención es esencial y así estar preparados para una erupción, indicó Mónica Columba, directora del plantel. “Cada día nos preparamos para enfrentar cualquier eventualidad con nuestros niños”, agregó.
En este centro estudian alrededor de 40 niños entre uno y tres años de edad. Lo hacen desde las 07:30 hasta las 16:00. Laboran siete personas, entre docentes y administrativas.
En este plantel, además, les pidieron las mochilas de emergencia. Incluyen mascarillas, gafas, gorras, agua… No puede faltar los alimentos no perecibles y los medicamentos.
“Desde los primeros días de septiembre, les pedimos a los padres de familia que traigan, por ejemplo, atunes y otros enlatados para enfrentar una posible erupción. Se cuenta, además, con medicamentos para los niños”, sostuvo la Directora del centro infantil.
Janeth Maldonado, familiar de una de las niñas de este centro, señaló que es importante la prevención y que se les enseñe a los niños a reaccionar en caso de una evacuación o una erupción del coloso, pues “nosotros hemos recibido charlas con autoridades para saber qué hacer en caso de que la alerta cambie de amarilla a naranja. Lo importante es conocer y estar bien preparados”.
El uso de la mascarilla y las gafas también está dentro de las acciones de prevención en los centros infantiles. Para Columba, es necesario que los niños sepan cómo colocarse las mascarillas y demás insumos de protección. Lo practican a lo largo de la semana.
En la Unidad Patronato Municipal San José, encargada de los Guagua Centros, se han realizado una serie de actividades de prevención. Según María Fernanda Pacheco, presidenta, se han dado simulacros en los planteles de las zonas de influencia del volcán.
En otros centros educativos que tienen educación inicial y básica, los simulacros internos son parte de las acciones que se realizan semanalmente.
En el establecimiento educativo Anatoly Lunacharsky, situado en El Triángulo (Rumiñahui), se hacen tres simulacros a la semana. Participan cerca de 110 alumnos. Su sitio seguro es un centro de adoración cristiana, ubicado en la avenida Ilaló, vía Conocoto. Se demoraron cerca de 10 minutos en llegar a este lugar.
Esta institución cuenta con siete niños de educación inicial. Todos tienen sus kits de seguridad y reciben talleres. Rossana Yánez, secretaria del establecimiento, indicó que las capacitaciones a los docentes, padres de familia y estudiantes ha sido otro de los puntos fuertes del plan de contingencia institucional.
A esto se suma que los estudiantes de los cursos superiores están encargados de llevar a los más pequeños hacia el sitio seguro. “Nos hemos organizado para que niños y jóvenes se demoren el menor tiempo en llegar al sitio seguro”, dijo.
En el Colegio Educar, las acciones de prevención han estado encaminadas a la educación de la comunidad educativa. Los padres y docentes han asistido a las capacitaciones. Mientras que los estudiantes han realizado simulacros internos. Wilma Tipán tiene una niña de cinco años. Está en primero de básica. Dijo que su hija ya cuenta con el kit de seguridad y constantemente les hablan del volcán . Y crearon un grupo en WhatsApp (aplicación móvil) para estar comunicados.