La casa del capo Gilberto Rodríguez está destruída, así lo reportan los medios locales este jueves 2 de junio de 2022. Tiene cuatro niveles, dos como sótanos y está ubicada en el norte de la capital del Valle del Cauca.
Actualmente, esta vivienda está hecha pedazos de concreto, con grafitis y quemaduras en sus paredes, tras años de ser objeto de quienes buscaban caletas millonarias.
En el mismo mes que el confeso capo del narcotráfico fue detenido en 1995, en un escondite dentro de una vivienda de Cali, desde Estados Unidos se reportó su muerte en una prisión de Estados Unidos.
El Bloque de Búsqueda, activado durante gobierno de Ernesto Samper, llegó hasta un sector del barrio Santa Mónica Residencial. Era la tarde del viernes 9 de junio de 1995.
Fue una acción rápida, acompañada de helicóptero, para no dar tiempo de fugas en esa casa de la avenida Novena número 28N-79.
Dos mujeres policías habían coronado el seguimiento al contador de los Rodríguez, que también resultaba muy astuto en sus movimientos.
Pero el olor de una loción hizo que las detectives llegaran al sitio donde se les estaba perdiendo el rastro del contador.
Así, a las 3:18 de la tarde, se llegó a esa casa con una cruz de bronce, pero sin ostentaciones.
Por los rotos que eran las ventanas y balcones se puede entender que era un sitio estratégico, porque permite ver la avenida que pasa por debajo, gran parte del nororiente y oeste de Cali. Por allí solo llegan quienes son residentes y se desplazan, especialmente, en vehículos.
Casa
El predio se localiza a unos pasos de un ascenso al cerro de Las Tres Cruces, que permite rondar sectores como Chipichape, El Bosque y otros en la ruta a la cima.
Ese 9 de junio los uniformados entraron a la vivienda de cuatro niveles y garaje doble.
Allí encontraron una Biblia, abierta en el libro de los Salmos, del 139 al 144, que se refieren a David, el que derrotó a Goliat.
A los investigadores les llamó la atención el tamaño de una biblioteca, en la que había un juego de ajedrez, de tablero en mármol y fichas talladas en marfil.
También detallaron un cuadro partido, como por una caída o golpe al mover ese estante.
Entonces, los agentes inspeccionaron y descubrieron un espacio de dos metros de alto por uno de ancho.
En la operación no se detalló a nombre de quien figuraba el predio. Los fiscales encontraron documentos, libretas y computadores, una fotocopiadora y los ahora antiguos fax.
También radios de comunicación, teléfonos celulares, un Renault 9 de placa CBZ 235 y el Montero Power Steering CBW 732. Había ropa como camisas finas de manga corta y zapatos deportivos.
Casa destruida
La casa sigue allí, más bien el lote al que parece haberlo arrasado un vendaval o un sismo, en medio de viviendas y edificios, cuyos habitantes pudieron haber cambiado después de 27 años.
Durante años en el sitio se escuchaban, sobre todo de noche, voces y martillazos en ese inmueble hasta cuando lo fueron demoliendo. De los cuatro pisos quedan dos niveles. Del piso, al lado de la calle, hacia arriba no hay nada.
Por unas gradas se llega a una especie de sótano, en el que pasó muchos días Rodríguez, conocido como ‘El ajedrecista’, sin salir a pie.
Los investigadores dijeron que era un búnker, que ahora tiene paredes y techo quemados, dibujos, rayones, con capas de mugre.
Ahora la casa destruida es, a veces, ocupada por habitantes en condición de calle. Pero la Policía está atenta a que no lo conviertan en casa de soplar con basuco u otras drogas y embriagarse.
De vez en cuando, a los visitantes los asustan, entre escombros, los carrerones de gatos que solo buscan un refugio.
Muere Gilberto Rodríguez Orejuela, alias ‘El Ajedrecista’ y enemigo de Pablo Escobar » https://bit.ly/3t9ykNA
Posted by El Comercio on Wednesday, June 1, 2022