El bus eléctrico que comenzó a circular en Guayaquil a finales de noviembre de 2017 carga energía por las noches, durante unas tres horas. Cuenta con aire acondicionado y tiene capacidad para 80 personas. Foto: Mario Faustos / EL COMRCIO
En tres meses de funcionamiento, el primer bus eléctrico que circula por Guayaquil recorrió 17 000 kilómetros, trasportó a 42 mil pasajeros y dejó de emitir alrededor de 25 toneladas de dióxido de carbono (CO2), según directivos de la compañía de transporte Saucinc. Un automotor a combustión hubiera requerido unos 2 500 galones de diesel.
Las cifras de la empresa, que ofrece el servicio de transporte urbano entre el norte y el centro del Puerto Principal, muestran la viabilidad del proyecto, a pesar del costo de las unidades. Cada vehículo requiere una inversión de USD 400 000, frente a los USD 125 000 de un bus convencional.
Tras la culminación del plan piloto, la firma busca renovar toda su flota de buses y adquirir 20 unidades eléctricas hasta octubre de este año. “Estamos muy emocionados, con la expectativa de poder comenzar a cambiar de forma radical la cultura de transportación de la ciudad, el bus tiene que detenerse totalmente para poder abrir las puertas con lo que se acaba eso de ‘bájate o súbete al vuelo”, indicó Bryan Silva, vicepresidente de Saucinc.
El automotor de la marca BYD circula máximo a 50 kilómetros por hora, el límite máximo de velocidad urbana para la transportación pública. Y cuenta con un sistema de climatización, una de las poquísimas unidades con ese servicio en la urbe.
“El aire acondicionado más que un lujo es una necesidad ante las altas temperaturas de Guayaquil, incluso en época de lluvias”, indicó Eduardo Reyes, usuarios del bus eléctrico, quien ponderó la comodidad de la unidad.
El vehículo de 12 metros de largo circula por las calles de Guayaquil con un diseño de siluetas de bosques y animales sobre un fondo verde y cielo. “Es ligero y suave en el rodaje, tampoco emite sonido, la carga eléctrica toma unas tres horas en la noche”, contó Byron Vera, conductor de la unidad.
La idea de la compañía es obtener facilidades que retribuyan el ahorro en el subsidio de combustible del Estado. “Nosotros dejaríamos de usar un subsidio que se puede focalizar en facilidades de financiamiento o en disminución de impuestos de importación para esta tecnología, que haga a los buses eléctricos atractivos para los transportistas”, indicó Silva.
El uso de energía eléctrica representa un ahorro del 50% frente al combustible diesel, mientras que en mantenimiento el ahorro es de un 30%, dijo.
La firma fabricante ofrece una garantía de 15 años. Saucinc cuenta actualmente con 25 busetas pequeñas, con capacidad para 40 personas; y busca renovar su flota con 20 de los buses eléctricos, con capacidad para 80 personas.