El bus parecía que volaba. Algunos pasajeros le pedían al chofer que bajara la velocidad, pero no escuchaba.
En Otavalo iniciaron las investigaciones para determinar las causas y el responsable del siniestro del autobús que dejó 13 personas fallecidas. Foto: Francisco Espinoza/PARA EL COMERCIO
Luego el vehículo se volcó y dio tres o cuatro vueltas. La gente gritaba. Así, entre lágrimas, Carla, una de las sobrevivientes, contó a los familiares de su amigo Juan Carlos Simbaña, los últimos momentos que lo vio con vida, tras el accidente de tránsito que sucedió a las 20:09 del domingo, 24 de septiembre del 2017, último, en Otavalo (Imbabura).
Los jóvenes se conocieron en la Universidad Yachay Tech. Ahí estudiaban de lunes a viernes. Pero, los fines de semana viajaban a Quito para reunirse con sus familiares.
Simbaña tenía 19 años y soñaba con ser ingeniero farmacéutico. Cursaba el tercer semestre del ciclo común.
El día de la tragedia, Simbaña y Carla (no dio su apellido) ocupaban los asientos 39 y 40, ubicados en la parte posterior del vehículo. “De pronto, el carro dio un salto y caímos bruscamente al pasillo”.
La joven fue atendida en el Hospital San Vicente de Paúl de Ibarra por una herida en la mano, pero abandonó pronto ese centro. Su amigo falleció por un trauma cerebral.
El lunes se contaban muchas historias como esta tras el percance vial, el más grave que ha ocurrido en Imbabura durante este año.
Los 13 fallecidos fueron trasladados a la morgue del hospital de la capital imbabureña. En los exteriores, los familiares y amigos que llegaban para reconocer a sus seres queridos no hallaban consuelo ni resignación. Entre ellos estaban los padres y hermanos de Juan Carlos Simbaña.
En el interior del anfiteatro tres galenos legistas de la Fiscalía, Judicatura y Policía realizaban las autopsias médico-legal. Según Gen Reha, fiscal de Imbabura, la magnitud de la tragedia obligó a activar un plan de contingencia, con el objetivo de entregar los cuerpos de los fallecidos a sus deudos lo más rápido posible.
Entre las 09:00 y las 13:30 fueron identificados todos. Uno de ellos fue el de Gabriela López Andrade, nativa de Ibarra. Su padre contó conmovido que su hija viajó a la capital de la República para matricularse en la Universidad Central del Ecuador. Soñaba con ser arquitecta. Lo que más lamentaban sus allegados es que ayer, un día después de su fallecimiento, iba a cumplir 23 años.
La mayoría de los 43 heridos fueron atendidos en las casas de Salud de Otavalo, Ibarra y Cayambe, pero los más graves fueron transferidos a Quito.
Una de ellas era Joselin C., de 5 meses de nacida. La pequeña presentaba un trauma craneoencefálico severo, por lo que necesitaba la asistencia de un neurocirujano, que no tiene el Hospital San Vicente. Así explicó Lither Reyes, gerente de este sanatorio.
Para Carlos Alulema, jefe de Policía Nacional, en la Zona 1, el número de víctimas evidencia que el autobús se movilizaba con exceso de pasajeros y a alta velocidad.
Sin embargo, espera los informes técnicos que estarán listos en ocho días.
También se investiga el paradero del conductor de la unidad número 10, de la Cooperativa San Gabriel. Se trata de un ómnibus, de placas IAA 1963, modelo 2015. La única sanción que registra, según Alulema, es haber sido sorprendido, en febrero, circulando fuera de su turno.
Luis Bejarano, presidente de la operadora de transporte, junto con otros dirigentes, se trasladó de Carchi a Imbabura para presentar su solidaridad a las víctimas. Aseguró que el conductor del vehículo, cuya identidad las autoridades no hicieron pública, es chofer y no socio de la cooperativa.
En el país, entre enero y agosto hubo 19 119 siniestros. Imbabura ocupa, en el 2017, el tercer lugar de provincias con más accidentes, detrás de Pichincha y Guayas, según la Agencia Nacional de Tránsito.
En contexto
El número de accidentes de tránsito en Imbabura creció entre enero y agosto de este año. En los ocho meses se reportaron 1 088 percances frente a los 949 en el mismo período. En Ibarra se ha producido la mayoría de casos.