En el Castillo de Dublín celebran los resultados del referéndum en Irlanda. Foto: Paul Faith / AFP
Miles de irlandeses celebraban este sábado, 23 de mayo de 2015, la victoria arcoiris en el referéndum sobre el matrimonio homosexual y Niamh Derrity y Aoife Doyle se veían ya muy cerca del altar.
Estas mujeres tienen 32 y 34 años, respectivamente, cuatro de ellos como pareja, y este sábado fueron a tomarse fotos con sus camisetas del sí en el referéndum ante una tienda de vestidos de boda blancos y relucientes.
“Compramos los vestidos la semana pasada y ésta ya nos podremos casar. Han sido dos semanas increíbles, emocionantes”, dijo Doyle.
“Nos comprometimos hace dos años. Estamos encantadas de que Irlanda haya allanado el camino. Nos enorgullece”, dijo Derrity.
Su fecha de la boda está fijada para el 17 de diciembre, pero si la legislación no ha entrado en vigor, “empezaremos firmando la unión civil”.
La muy católica y conservadora Irlanda, se convirtió en el primer país en aprobar la medida en referéndum, desoyendo a la antes todopoderosa Iglesia.
Los bares gay de Dublín se prepararan para horas y horas de fiesta, más todavía que la que recorre cada noche las calles de esta ciudad que ama beber y cantar.
En el centro está el castillo de Dublín, otrora residencia de los gobernadores británicos, cuya esplanada fue tomada por los partidarios del matrimonio homosexual, ataviados con banderas arcoiris.
Niamh Fitzgerald, de 29 años, voló a casa desde Birmingham, en el centro de Inglaterra, para el referéndum y fue el primero en llegar a la esplanda del castillo cuando se abrió excepcionalmente para celebrar la ocasión.
“Todo el mundo tiene derecho a una religión, pero ninguna religión tiene el derecho de dictar a un país lo que deberían ser nuestros derechos, por eso es tan importante”, dijo a la AFP .
Alex Denby, de 24 años, agregó que el resultado es particularmente significativo para la próxima generación de irlandeses.
“Van a crecer en una sociedad donde todos son iguales y van a aprender que desde muy joven que no está bien discriminar”, dijo.
“Los tiempos están cambiando”
Denby también espera que la votación marque la pérdida de influencia de la Iglesia Católica en Irlanda.
La mayoría de los irlandeses se identifican como católicos, pero el ascendente de la Iglesia ha caído en los últimos años como resultado de la secularización del país y la ola de abusos sexuales infantiles cometidos por sacerdotes.
“Es un paso más para librarse de los grilletes de la Iglesia católica en este país”, dijo Denby. “La gente ha tenido suficiente”.
Kathy Scott, también partidaria del sí, dijo que la votación demostró que “los tiempos están cambiando” en Irlanda.
“Me siento muy orgullosa de mi país por dar su apoyo a ésto, y por todos los jóvenes que vinieron a casa a votar”.
Los jóvenes que en los últimos años se fueron del país por la crisis volvieron en muchos casos para participar en la votación.
“Orgullo”, era el concepto más repetido.
“Estoy muy orgulloso de los electores heterosexuales que apoyaron a sus amigos homosexuales”, añadió Scott.