En el barco ‘Abismo’, los emigrantes apenas tenían espacio para moverse. Eran 71 personas hacinadas en una superficie de 30 metros. Intentaban llegar a EE. UU. La Fuerza Naval de El Salvador los interceptó en alta mar, la noche del 5 de septiembre.
Estaban a 84 kilómetros al suroeste de las costas de ese país. El barco salió el domingo 30 de agosto desde Manta (Ecuador) y tenía previsto llegar a Guatemala. Allí los esperaría otro barco con destino a México y completarían el viaje por vía terrestre.
Escondidos en la bodega
Según las autoridades, los emigrantes, en su mayoría de Bangladesh y Nepal (Asia) y de Eritrea (África), pagaron hasta USD 14 000 a los coyoteros. El Diario de Hoy de El Salvador público que los emigrantes viajaron por seis días en la bodega. Durante ese tiempo, comían arroz y verduras una vez al día y tenían que pagar USD 20 o con cualquier objeto de valor para salir a cubierta y respirar aire puro.
El director general de Migración, Rubén Alvarado, dijo que permanecerán en la ciudad de Ayutuxtepeque, hasta que puedan ser repatriados y que ese proceso tardará, pues “en El Salvador no existen representaciones diplomáticas de sus países de origen”.
Alvarado también confirmó que los cinco ecuatorianos encontrados en el barco, que eran parte de la tripulación, serán acusados de supuesto tráfico ilegal de personas. Patricio Mora, capitán del puerto de Manta, dijo a EL COMERCIO que la embarcación estaba registrada en esa ciudad y al momento de la detención portaba bandera ecuatoriana y “no contaba con el permiso para zapar”.
El supuesto capitán de la embarcación, Juan Rosendo, declaró a las autoridades salvadoreñas, que sabía que las personas que transportaba eran indocumentadas. “Pero que los escasos recursos económicos que percibe como pescador lo obligaron hacerlo”.