Redacción Deportes
Ángel Pilco podía devorarse ayer una pierna de cerdo y beber un galón de agua sin ningún problema. Así lo dijo después de las 10 horas que le tomó trasladarse desde Cuenca hasta Quito.
Ayer, el equipo que respalda desde su niñez disputaba la final del Campeonato Nacional de Fútbol ante Deportivo Quito, campeón de la edición 2008.
El aficionado cuencano, de 23 años, llegó a Quito en uno de los 20 buses que transportó a los integrantes de la Crónica Roja, barra que respaldó al club del Austro.
Así como Pilco, cerca de 1 500 hinchas más llegaron hambrientos y sedientos al Hotel Tambo Real, el sitio de concentración de los 27 jugadores cuencanos.
“El cuenquita se merece eso y mucho más. Vamos Cuenca, carajo”, gritaba Marcelo Carrión, integrante de la Crónica Roja.
Tras bajarse de los buses, que se estacionaron en el parque de El Arbolito, los hinchas entonaron cánticos y después se fueron a comer una hamburguesa con gaseosas, en la tienda del ‘Vecino’, ubicada en las afueras de la Universidad Politécnica Nacional.
Los jugadores del conjunto austral agradecieron la fidelidad de sus hinchas agitando sus camisetas por los ventanales del hotel. El golero Israel Álvarez fue el único que apareció en el ‘lobby’. Allí, se fotografió con algunos hinchas y después retornó a su habitación hasta las 14:00, hora en que salieron al estadio Atahualpa.
Un panorama similar se vivió en los exteriores del Atahualpa. Los hinchas del Deportivo Quito empezaron a apropiarse del lugar desde las 08:00, hora en la que se inició la venta de entradas.
Entre los primeros en llegar al escenario estuvieron los hermanos Moya. Andrea de 21 años y Esteban de 17, que afirman ser hinchas del club chulla desde que estuvieron en el vientre de su madre. Ellos llegaron acompañados de ocho familiares.
“A la fiesta de mi equipo no puede faltar ni un solo miembro de la familia. El año pasado también nos organizamos y fuimos testigos en Latacunga para ver ganar el título”, recordó Andrea.
Pablo Chasipanta, de 30 años, también llegó al estadio acompañado de su esposa Yomara Gordillo y de sus tres pequeños hijos.
La familia Chasipanta-Gordillo arribó al estadio Atahualpa a las 10:00. Para que la familia esté completa ayer, Gordillo, de 32, faltó a sus clases de Ingeniería en Marketing en la Unita.
Así como Gordillo, Gustavo Miranda, de 29 años, también dejó algunas tareas pendientes en casa, como por ejemplo, suspender un paseo con su esposa e hija.
“Un bicampeonato no se juega siempre. Por suerte tengo un esposa comprensiva”, dijo Miranda.
Al coloso de El Batán, llegó un grupo de hinchas chullas con banderas gigantes y pancartas con frases de aliento a los jugadores y al técnico Rubén Insúa.
“Gracias ‘profe’ por darnos otra alegría. Vamos AKD que ese bicampeonato es tuyo”, se podía leer en uno de los carteles.
Otro grupo de aficionados, en cambio, llegó con fundas de papel picado y con banderines con el sello del Deportivo Quito.
Según ‘El flaco’, un integrante de la barra azulgrana que no quiso identificarse, los hinchas se reunieron durante toda la semana para planificar el posible triunfo del conjunto quiteño.
Los hinchas, tanto del Quito como del Cuenca, fueron custodiados por decenas de policías en el estadio Atahualpa, desde las 08:00, hora en la que se inició la venta de boletos.
Los gendarmes también se encargaron de mantener el orden en la caravana organizada por los hinchas del conjunto austral, que se inició a las 14:00, en el Hotel Tambo Real, en la avenida Patria.
El respaldo del Austro
Las puertas del estadio Olímpico Atahualpa, en Quito, se abrieron a las 12:00. Los hinchas del Deportivo Quito fueron los primeros en ingresar.
Cerca 5 000 hinchas de la ciudad austral llegaron ayer a la capital para alentar al club morlaco. Pedro Peña, gerente del equipo, informó que previamente se apartaron 4 000 boletos para los hinchas de la Crónica Roja.
La final de Campeonato Nacional del Fútbol fue custodiado por cerca de 100 policías.