Alianza País, el movimiento que emergió en 2006 y tiene el control del escenario político nacional, atraviesa un momento de inflexión. Después de 33 meses de ejercicio del poder, la lista 35 experimenta su primera crisis, no solo por las encendidas protestas de sus viejos aliados, sino porque necesita redefinir su futuro.
Un primer elemento de esta crisis es que sus líderes no saben dialogar, ni siquiera con sus amigos, mucho menos con sus opositores. Una muestra son las movilizaciones que protagonizaron indígenas, campesinos y maestros, que acaban de terminar después de tres semanas de tensión y enfrentamientos públicos.
Aunque el presidente Rafael Correa inicialmente dijo que la protesta se debía a “intereses políticos de sus dirigentes”, después aceptó que era un “malentendido por una falta de diálogo con este sector”.
Por el momento, la crisis se superó con la aplicación de un mecanismo de diálogo. Las propuestas sobre las leyes de Aguas, de Educación, de Organización Territorial… se discutirán en estas mesas, pese a que los proyectos se tramitan en la Asamblea.
Algo similar ocurre con la Unión Nacional de Educadores (UNE), instancia controlada por el Movimiento Popular Democrático (MPD), que fue aliado de la lista 35 en los dos primeros años de es te gobierno.
¿Por qué tantos tropiezos para encauzar el diálogo político oportuno? Aunque todas las miradas apuntan al ministro de Coordinación Política, Ricardo Patiño, hay otras razones. Por ejemplo, los conflictos para la conformación de las candidaturas internas, que terminaron en disputas públicas y la discusión de varios proyectos en la Asamblea -acusada de ser un apéndice del Régimen-, que fueron cuestionadas por las bases de las organizaciones sociales.
Otro factor es el excesivo protagonismo del Jefe de Estado a todo nivel, lo cual ya le ha pasado la factura con la caída pronunciada de su popularidad en cerca de 10 puntos las últimas semanas.
La debilidad del modelo precisamente se expresó en la resolución de los últimos conflictos en Carondelet, pese a que los temas son “debatidos” en la Asamblea. “Allá es donde se ejerce el poder y se toman las decisiones”, comenta el asambleísta Jorge Escala (MPD). Adicionalmente, las graves fallas en la negociación trataron de llenarse -como de costumbre- con una propaganda mediática agresiva, diseñada desde las secretarías de la Administración y de Comunicación. Durante las semanas de protestas, el Gobierno disparó una ráfaga de mensajes en medios públicos y privados. Las cadenas se convirtieron en pan de cada día, en horarios de alta sintonía.
Incluso, en Carondelet se creó una Coordinación de Medios Públicos. Esta entidad, según uno de sus funcionarios que pidió la reserva, define los temas más importantes y enfila todo su potencial hacia esa dirección.
Pero al interior de País varias voces advierten que este recurso se está agotando sin otra estrategia que lo reemplace.
Otro elemento de quiebre, para muchos el más importante, es la definición ideológica, que se presenta con serias ambigüedades. Movimiento País, que después se transformó en Alianza País, surgió como un movimiento de izquierda, entre sus iniciadores estuvieron algunos elementos de lo que fue el Movimiento de Izquierda Revolucionaria (Gustavo Larrea, Lenín Moreno, Miguel Carvajal…).
Sin embargo, en el ejercicio del poder hay actores con clara tendencia y pasado político de derecha. Los hermanos Alvarado, Alexis Mera, Nathalie Cely, entre los más representativos.
Para el ex presidente de la Constituyente Alberto Acosta, quien está distante de Alianza País, evidentemente son “tendencias marcadas”. Por ello considera que es fundamental lograr una definición ideológica.
Estas preocupaciones precisamente se discutieron en la reunión del buró político, del 3 de septiembre, donde estuvo el Primer Mandatario. Una de las principales decisiones fue el cambio de su denominación: ahora se llama Dirección Nacional y está encabezada por el Comité Político, integrado por Ricardo Patiño, Fernando Cordero, Doris Soliz y Eduardo Paredes. El gran ausente es Gustavo Larrea, fundador del buró.
Hay cinco temas cruciales: la definición ideológica y programática, la relación de Alianza País con el Ejecutivo, los asambleístas y las autoridades locales; la vinculación con las organizaciones sociales; las definiciones sobre las alianzas y una nueva estructura para la organización. Eso se abordará en la convención nacional, que se realizará el primer trimestre del próximo año.