Una zona con edificios de hasta 30 pisos, compacta, que ayude a que la ciudad no se extienda más hacia la periferia. Esa era la expectativa que la administración pasada tenía sobre el Bicentenario. Pero, para la actual, “esto es Quito y no Manhattan, donde es difícil lograr ese crecimiento vertical por falta de financiamiento”.
El lunes pasado, el Alcalde anunció el inicio de los trabajos para el bulevar de la av. Amazonas y le puso fecha a la entrega del centro de convenciones. Con esas dos obras, el debate sobre el valor de la zona se reactiva. Otros temas pendientes son la operación de la estación del Metro y el avance de las obras en el parque, de 126 hectáreas, el doble de lo que tiene La Carolina.
En los planes de Mauricio Rodas está contar con el centro de convenciones y el recinto ferial para octubre del 2016. El proyecto original se modificó. Queda en estudio la construcción de un escenario abierto para eventos de más de 20 000 espectadores, en lugar de la arena cerrada (coliseo cubierto). Por eso el costo bajó de USD 35 a 15 millones.
No será el único cambio en el Plan Especial Bicentenario, delineado en la Ordenanza 352, de febrero del 2013.
Esta administración no tocará el perímetro destinado al parque y a los espacios públicos. Pero revisará la normativa para el desarrollo del entorno, para “empatarla con la realidad del mercado inmobiliario”. Eso adelanta Jacobo Herdoíza, secretario de Territorio, Hábitat y Vivienda.
El funcionario se refiere a la exigencia de que los lotes para construcción tengan de 3 000 a 10 000 m2. Para eso se debe concertar con los dueños de casa de manzanas completas.
En el sector –apunta- hay propiedades de 300 a 600 m2 con declaratorias de propiedad horizontal, es decir más de un dueño. Por lo que se multiplican las interlocuciones para adquirir un lote unificado.
Según dice, el mercado inmobiliario levanta edificios de entre 16 y 18 pisos en 2 000 a 5 000 m2. No hasta de 30, como se permitiría en el Bicentenario. “Para eso se requieren unos USD 50 millones, en una urbe que se mueve con tres inmobiliarias fuertes”.
Esta administración no habla de una sustitución de la 352 sino de una reforma. Pero para el exalcalde Augusto Barrera eso implica un cambio en la visión de la que debía ser una de las cuatro centralidades de Quito. Más el Centro Histórico, Quitumbe y Tababela.
El objetivo era densificar lo más posible la zona. El Bicentenario era visto como un cuadro en blanco para pintar una nueva ciudad, en donde se corregirían los problemas de “desorden y especulación” de La Carolina, con el ‘efecto muralla’ en un parque cubierto por edificios.
Se buscaba evitar, anota Barrera, que el Bicentenario se volviera una “colcha de retazos”, con edificaciones de todo tamaño que cubrieran el nuevo parque. Querían veredas no de un metro y medio sino de seis metros, con jardineras… Pero una ciudad estilo Manhattan no es viable para la dimensión del mercado inmobiliario, según Herdoíza.
La realidad de la zona
Ahora mismo lo que se encuentra en los alrededores de la vieja terminal aérea, en De la Prensa y en la Amazonas, son casas de una y dos plantas. Pero más que nada terrenos, en donde funcionan mecánicas, patios de compra y venta de autos, restaurantes y hostales.
En la Amazonas y Subteniente Holguín hay una casa con los ventanales cubiertos de papel periódico. Y en espacios cercanos varios letreros de “se arrienda”. Juan Cristóbal Sánchez, de 62 años, vive hace 56 en una propiedad de unos 2 000 m2.
Su manzana está entre las calles Indanza y Carlos Endara; tiene 7 000 m2 y le pertenece a 12 ciudadanos. Ha conversado con sus vecinos sobre la posibilidad de ofrecer un lote unificado, como plantea la 352.
Pero le parece que el Municipio debería aterrizar a la realidad la Ordenanza. Ellos en ese espacio podrían construir cuatro torres, de entre 14 y 16 pisos. Y según el ingeniero civil, el proyecto costaría de USD 45 a 60 millones. Además anota que la zona aún no es un polo de desarrollo. “No tenemos un parque sino un gran terreno baldío”.
El Plan Especial Bicentenario debiera ejecutarse hasta el 2022. Mauricio Moreno, decano de Arquitectura de la UDLA, recuerda que convertir al Bicentenario en una centralidad tomará décadas y el plan se moverá según la economía del país. Pero cree urgente planificar cómo se verá de aquí en los próximos 50 años.
“El Bicentenario trae una promesa grande de desarrollo”, sostiene Esteban Najas, urbanista que tiene la mirada sobre la zona.Pero también pide cambios al requisito de contar con lotes tan grandes.
Para él, el costo del suelo en el sector es un enigma. Explica que no cuesta lo mismo un espacio de 100 m2 en una zona en donde se puede construir cinco pisos que en otra donde permiten levantar 16. “Los habitantes asumen que sus terrenos valen oro pues creen que ahí se levantará 30 pisos”.