Los alumnos del Gutenberg Schule realizaron actividades físicas, luego de exámenes de fin de quimestre, el lunes 5 de febrero. Foto: Alfredo Lagla / EL COMERCIO
Los niños o adolescentes pueden revisar redes sociales y chatear con amigos durante una hora del día. O tienen la opción de cumplir con ese tiempo mínimo de actividad física, recomendado por la OMS. Esta disyuntiva se pone en escena principalmente en la época de vacaciones.
Durante ocho días -del 10 al 18 de este mes- los estudiantes de Sierra y Amazonía tienen un período de vacaciones por el fin del primer quimestre, que coincide con el feriado de Carnaval, según detalla el cronograma de actividades del Ministerio de Educación.
La modalidad de quimestres se implementó desde el ciclo 2012-2013. Aunque el descanso es corto comparado con el fin del año lectivo, en este tiempo se sugiere realizar actividades físicas y recreativas.
Estas alternativas no deben confundirse con ejercicio o deporte regular, pero sí deben ser acciones planificadas, estructuradas y realizadas a diario.
Pueden ser recreativas y deben incluir movimiento. Eso se recomienda hasta los 8 años, explica el deportólogo Enrique Chávez, quien labora en la Concentración Deportiva de Pichincha y es docente de la Universidad de las Fuerzas Armadas (Espe).
Lo ideal -dice Chávez- es que se practique durante 60 minutos al día. Esto ayudará a compensar la ingesta de alimentos y a que se relajen.
“Las personas comemos a diario y debemos quemar las calorías que ingerimos”.
Andrea Sanabria, madre de Rafael, de 5 años, comparte esta visión. Ella buscó cursos de karate para mantener activo a su hijo. Lo hizo porque el pequeño no quiere separarse del celular. “Solo puede estar con el teléfono 30 minutos”.
En este mes, Rafael cumple cuatro meses de practicar este deporte. También maneja bicicleta. Además, en estas vacaciones, el niño saldrá al parque a caminar, saltar y correr.
Esas actividades -anota Chávez- ayudan a los niños a mejorar la psicomotricidad. Y en el tiempo libre se puede empezar a motivarlos.
Desde los 8 hasta los 11 años, los chicos deben aprender técnicas de sus deportes o actividades favoritas. El experto detalla que lo ideal es que aprendan las bases de danza, gimnasia, básquet, voleibol o fútbol. Dependerá de su elección.
Alejandra Castro tiene 10 años y es estudiante del Colegio Gutenberg Schule, en el valle de Los Chillos. Ella practica natación y gimnasia. Esta última es su favorita porque le permite mover su cuerpo. Además, le gusta jugar con su prima, quien vive en Machala. En estas vacaciones la visitará.
El movimiento también es esencial en la rutina de los adolescentes. De 12 años en adelante deben fortalecer la fuerza, la velocidad y la resistencia.
Francisco Herdoiza, de 17 años, lo sabe. Él practica fútbol y atletismo desde pequeño. “Nunca estoy quieto”, dice el estudiante del Gutenberg.
En estas vacaciones, por ejemplo, aprovechará para viajar con sus compañeros de curso. En esta aventura harán deportes extremos como el snorkel (bucear bajo el agua). Además, bailarán en fiestas para relajarse, tras los exámenes, que rinden del 5 al 9 de febrero.
La actividad física se asocia a efectos psicológicos beneficiosos en niños y jóvenes. Esto ayuda a controlar la ansiedad y la depresión, explica la psicóloga Andrea Elmalouf.
El niño o el adolescente -especifica- debe tener más tiempo de actividad física que de permanencia frente al televisor o la computadora. Ambas promueven el sedentarismo y la vagancia. En contraposición, el deporte evita el aburrimiento, la obesidad y el estrés.
En un informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS) se reconoce que la inactividad física es el cuarto factor de riesgo de muerte. Es decir, representa el 6% de fallecimientos registrados.
El movimiento también ayuda a no perder la rutina académica. Al ser un período corto de vacaciones, los chicos se acostumbran a los horarios libres, pero si hacen deporte volverán a conectarse rápidamente a la jornada escolar.
Los hijos de María José Melo pasarán en casa en estos días libres. Saldrán al parque con amigos y recargarán baterías para el segundo quimestre, que arrancará el 19 de febrero.
En contexto
Los estudiantes del régimen Sierra y Amazonía deberán ir a clases durante 200 días. Están distribuidos en dos quimestres. Cada uno está dividido en tres parciales y un examen. Este último se toma durante esta semana y es la suma de los cinco meses.