Redacción Loja
El sol es intenso en la capital lojana. En una estrecha vereda del Complejo Ferial Ciudad de Loja está Mercedes Ocón, de 34 años. Esta indígena llegó de Cuzco, en Perú.
Su llamativa vestimenta de tono rojo y negro, con una montera (sombrero en forma de un plato) atrae a quienes recorren ese recinto, donde se instaló la edición 180 de la Feria Internacional que tiene como sede a Loja.
En la tarde hay más afluencia de visitantes. Ocón ubica sus tejidos de lana de alpaca sobre una larga lona, en las afueras de la nave D del recinto. En esta tarea le ayudan otras 13 personas, quienes visten atuendos similares.
Estos indígenas son parte de la Asociación Valle Sagrado de la provincia Urubamba, en el departamento de Cusco. Llegaron el sábado pasado con 560 kilos de tejidos elaborados a mano o en telares. Su viaje duró tres días y debieron hacer trasbordo en Cusco, Lima y Piura, hasta llegar a Loja.
El año pasado ya estuvieron en esta feria. Ocón es parte de los 400 expositores que participan este año en la feria más antigua de Loja. Ellos venden calzado, textiles, artesanías, electrodomésticos, insumos para la agroindustria, maquinaria pesada, bebidas, alimentos…
A más de las piezas de lana, Valle Sagrado expone artesanías decorativas y utilitarias en cuero, cerámica e hilo, que cuestan desde USD 1 hasta 25.
Para compradores como Bertha Sánchez, la calidad de la lana y el fino acabado atraen más que el precio. Un abrigo para niño de confección peruana cuesta USD 4 y el ecuatoriano, 5. “La diferencia no es considerable, pero tiene más elegancia y calidad”.
En otra nave del recinto ferial está Victoria Maqque Ramos. Ella también llegó desde el Perú, para vender ropa de la marca Vikals. Desde el domingo pasado ocupa un stand en la nave B. Allí estará hasta el 13 de este mes, cuando termine la feria.
Ella participa por noveno año. Desde hace 20 años está dedicada a la comercialización de abrigos, sacos, camisetas, guantes, medias… “Tengo la moda Invierno 2009”, es su frase para atraer a los clientes.
Tiene 450 piezas y de acuerdo con la demanda prevé ingresar nueva mercancía este fin de semana. Con su primera provisión aspira a venderUSD 2 000.
Ella anuncia las promociones. Ofrece una camiseta a USD 5, “pero si compra tres paga 10”.
En productos ecuatorianos hay ofertas similares. Se ofrecen dos y tres camisetas para adulto, en USD 10. Para el comerciante lojano, Freddy Castro, desde la dolarización en Ecuador y la firma de la paz con Perú, hay más demanda de textiles del vecino país.
Según el piurano William Carrasco, los ecuatorianos tienen una ventaja en la feria. “Nosotros tenemos que cubrir gastos como alimentación, hospedaje y otros servicios en el recinto ferial”. Esos valores se cargan en los precios.
Carrasco, desde hace 11 años, participa en la feria lojana y exhibe cobijas. Este año trajo 200 y si hay demanda traerá otro cargamento. Reconoce que las ventas bajaron en los últimos años.
“Hasta hace ocho años vendía unas 10 cobijas diarias en los primeros días de feria. Ahora, en dos días vendí 5”.
Él aspira a obtener utilidades entre USD 400 ó 600. “Con ese dinero se adquiere más materia primara y sirve para cubrir los gastos del hogar”.
Según Fabián Coronel, gerente del Comité de Ferias de Loja, de los 400 expositores, cerca de 100 son de Perú, Colombia y Chile.
Los organizadores esperan que desde este fin de semana aumenten las visitas de nacionales y extranjeros al recinto ferial.
Los costos de los locales
Los expositores peruanos aprovechan la feria para hacer sus contactos de negocios con comerciantes ecuatorianos. En los días de feria entregan contactos telefónicos y trípticos.
USD 220 es el costo de un espacio al aire libre en la Feria de Loja. La exposición es parte de las fiestas por la presencia de la Virgen de El Cisne.
En la nave B, un local interior es más costos (USD 300). Allí está la mayoría de peruanos.