La madrugada del 1 de enero de 1959, las tropas comandadas por el revolucionario Eloy Gutiérrez entraron a La Habana. Al día siguiente llegaron las tropas comandadas por Camilo Cienfuegos y el Che Guevara. El mismo 1 de enero, Fidel Castro entró triunfante a Santiago de Cuba, declarándola capital provisional de Cuba, y proclamando al magistrado Manuel Urrutia Lleó como Presidente de la Nación. Estados Unidos lo reconoció.
En los primeros seis meses de 1959 se llevaron a cabo ejecuciones sumarias de criminales de guerra que habían sido miembros de la Policía o las Fuerzas Armadas de Batista y eran responsables de la muerte de numerosos campesinos, violaciones y torturas.
Ocurrieron algo menos de 100 ejecuciones, ya que la mayoría de los acusados logró escapar a otros países. Estos juicios fueron realizados de manera pública, con gran afluencia ciudadana. El Gobierno de Washington condenó tales fusilamientos.
En mayo de 1959, Fidel Castro firmó la prometida Ley de Reforma Agraria en la propia Sierra Maestra. Se abrió entonces un proceso de expropiaciones, nacionalizaciones y confiscación de bienes que afectaron a la clase alta cubana y a algunas empresas extranjeras, especialmente a grandes firmas estadounidenses.
Las medidas que tomó luego Estados Unidos contra el gobierno de Fidel Castro provocaron que este se acercara a la Unión Soviética en busca de convenios comerciales. En febrero de 1960 Cuba firmó un acuerdo. La URSS se comprometía a adquirir anualmente un millón de toneladas de azúcar durante cinco años consecutivos (1960–1965), 20% en dólares y el resto con bienes. Además, la URSS abría un crédito de USD 100 millones para Cuba.
Estados Unidos se negó entonces a refinar el petróleo proveniente de la URSS y anuló la cuota azucarera que Cuba poseía en su mercado. Cuba procedió a nacionalizar las propiedades estadounidenses en la isla. Las subsecuentes medidas llevaron a la ruptura de las relaciones políticas y económicas entre ambos países.
El campeón de la corrupción
Fulgencio Batista, militar de origen humilde, ya había sido presidente de Cuba entre 1940 y 1944.
Batista volvió a ser candidato en 1952. Como algunas encuestas le situaban en tercer lugar, cuatro meses antes de las elecciones presidenciales dio un golpe de Estado, valiéndose de su liderazgo en las Fuerzas Armadas.
En su dictadura, que se extendió hasta el día de la revolución de 1959, la corrupción se hizo intolerable. Cuando las guerrillas de Fidel Castro combatían en la Sierra Maestra, sus generales escapaban, con el dinero destinado a comprar armas. Batista huyó del país en enero de 1959, con USD 100 millones. Después vivió en la España de Francisco Franco, hasta su muerte, en 1973.