La obligatoriedad del sufragio nació a la par de la universalización del voto en la mayor parte del mundo. Sin embargo, conforme los años pasaron y la cultura democrática se fue acentuando, algunos países modificaron este deber por un voto facultativo, especialmente en Europa y América del Norte.
No obstante, en América Latina esta cultura también tomó fuerza. Los primeros dos países que adoptaron este mecanismo fueron Colombia y Nicaragua. Luego, la opción se expandió a Cuba, Chile, Costa Rica, Honduras, Guatemala y Venezuela.
En el resto de naciones latinoamericanas las votaciones siguen siendo obligatorias.
La idea del voto obligatorio se creó como un mecanismo para fortalecer el ejercicio democrático y dotar a todas las personas de responsabilidad en la designación; así como la posibilidad de que exijan a las autoridades electas una rendición de cuentas sobre el trabajo hecho y el cumplimiento de sus planes de trabajo.
No obstante, las naciones que han eliminado ese imperativo lo han hecho bajo la premisa del respeto al libre albedrío de los ciudadanos y su derecho a tener diferentes ideologías políticas. Además, ha obligado a que los partidos políticos presenten propuestas políticas mucho más interesantes, para captar el respaldo ciudadano.
El año pasado, se presentó una propuesta legislativa en Perú sobre la posibilidad de que el voto sea facultativo.
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