En las casas de adobe cada vez más se sigue desprendiendo lo que queda de techos y paredes. Los escombros que caen se apilan en los costados de estructuras colapsadas y estos días son la huella más visible de la tragedia ocurrida hace una semana.
La técnica que permitió la edificación de esas viviendas no soportó el remezón que se sintió en el cantón Espejo y en toda la provincia de Carchi. Y esas secuelas le siguen recordando a sus habitantes que el evento los privó de su patrimonio cultural.
La mayoría de viviendas fueron construidas con el uso de adobe, como una tradición constructiva basada en aislar el fuerte frío de esa parte del norte del país. En el cantón Espejo sucedieron los eventos más fuertes y la tierra no ha dejado de temblar en ese lugar y en la provincia.
Hasta las 10:30 del último jueves se reportaron 487 sismos de entre 0.5 y 4.2 de magnitud localizados a 10 kilómetros de profundidad de la zona del epicentro, en las calderas de Chalpatán y Potrerillos.
La Alcaldía elaboró un video para que ese registro sirva de insumo en el proceso de evaluación de los daños de las infraestructuras perjudicadas por el sismo de 5.2, sucedido el pasado lunes 25 de julio.
En las tomas aéreas se observan los predios colapsados junto a campos con cultivos. Las torres de la iglesia central penden de pocos bloques y las personas que caminan por ese sitio lo hacen con precaución porque temen que haya nuevos desprendimientos.
El 45% de las personas afectadas por el movimiento telúrico en la provincia están en Espejo. En total hubo 1 008 personas con problemas tras el sismo. De esas, 450 son de este cantón y las restantes están en Montúfar, Tulcán y Bolívar. En las parroquias San Isidro, La Libertad, El Ángel y 27 de Septiembre sigue la verificación de daños.
Expertos en identificación
El 29 de julio, 40 ingenieros y arquitectos de distintos organismos recorrieron esos lugares para que las familias puedan llenar una ficha.
De esa forma los inscriben en el Programa Creamos Vivienda del Ministerio de Desarrollo Urbano y Vivienda para dotarlos de una solución habitacional nueva o de recursos para reparar las poco afectadas. Rosa Chugá necesita de una de esas estructuras para vivir más segura.
Su testimonio fue recogido por el Cabildo de Espejo y ahí cuenta que mientras hacía oficios toda su ‘casita’ se le vino abajo.
Ella es parte de una de las 63 familias damnificadas a causa del evento telúrico. Además, se avanza en el proceso de semaforización de viviendas con problemas estructurales.
Hasta ahora se han evaluado un total de 374 casas en todo Carchi, de las cuales 162 son consideradas inseguras, en 135 se restringió la habitabilidad y solo 77 están en condiciones para que vuelvan a ser habitadas.
A la par de este trabajo, los organismos de socorro entregan ayudas humanitarias. Unas 222 de estas asistencias han sido facilitadas por el SNGR y el Ministerio de Inclusión Económica y Social.