Dennis Rodríguez P.
Corresponsal en Bogotá
A este sitio no se acude para entrar en calor. Pero sí para, literalmente, mantener la cabeza fría. Ingresar en el Ice Bar (IB, Bar de Hielo) de Bogotá no es otra cosa que una inmersión en una de las nuevas atracciones que ofrece el extenso menú de la noche en la capital de Colombia.
Antes de cruzar una cortina térmica y de atravesar el umbral, resulta más que necesario tomar una precaución básica, alerta el administrador, Raúl Joya. Si se desea resistir la temperatura glacial de 6 grados bajo cero, que impera en el local de tres y medio metros de frente por siete de ancho, hace falta ponerse un poncho térmico con capucha (que es rojo, porque así lo demanda el patrocinador, una reconocida marca de vodka), otra capucha negra y guantes del mismo color.
Así se está listo para pasar por la experiencia de tomarse unos tragos sin congelarse en un ambiente glacial y que está iluminado por una tenue luz violácea. En el interior casi todo es de hielo: la barra del bar, las mesas, las bancas, los recipientes e incluso los vasos en que se sirven las bebidas. Los objetos fueron elaborados por un diseñador.
¿De dónde salió la idea de montar un negocio así? Mauricio Moreno, uno de los dos socios propietarios del Club Shanghái, en cuyo interior se levanta el IB, dice que la intención es innovar y hacer de Bogotá una ciudad, como otras en el mundo, que tienen un espacio así. “Esta es una apuesta por un lugar distinto, que llame más la atención de la gente y que ya ha tenido éxito en Barcelona, Londres, Estocolmo, París, etc.”.
¿Qué tipo de público viene al Bar de Hielo? Sobre todo gente de perfil cosmopolita, con algunos viajes al extranjero a cuestas, explica Jéssica Robayo, la gerenta administrativa del negocio que se sitúa en la carrera 14 N0. 86-48, en la aquí llamada calle de la T, en plena Zona Rosa de Bogotá. El IB, que se inauguró el 25 de noviembre, solo abre los jueves, viernes y sábados, entre las 21:00 y las 03:00. Por ahora, el promedio de visitantes por noche es de 70.
El IB les parece un sitio único a las cuencanas Fernanda Reyes y María Dolores Barrera, quienes admiten que por primera vez están en un espacio en el cual el mercurio del termómetro está por debajo de los cero grados. El IB de Bogotá se suma a la red de locales de similar tipo que se han abierto en Honningsvåg (Noruega), Amsterdam, Atenas, Barcelona, Dubái, Londres, Nueva Delhi, París, Hong Kong, Los Ángeles…