Un acto de singular trascendencia se realizó el último viernes en la Pontificia Universidad Católica, del Ecuador la celebración de 25 años de labores de la Confraternidad Carcelaria, fundada en Ecuador por Jorge Crespo Toral en 1985, razón por la cual Donald Nikkel, presidente del organismo mundial, con filiales en 126 países, le envió una significativa carta de felicitación junto con la máxima presea de honor que contiene la Confraternidad Internacional. Este áureo jubileo, en el que participaron delegados personales de las respectivas entidades de Colombia y Perú, sirvió para la apertura de un curso internacional de líderes del voluntariado cristiano en las cárceles. Presidieron el acto Monseñor René Coba, obispo auxiliar de Quito, Lássidez Hernández, presidente de la Confraternidad en Colombia y delegado del organismo mundial, Gabriel Córdova, ejecutivo en el Ecuador y Gloria Montaño, directora en Guayaquil.
La numerosa concurrencia fue testigo del riguroso debate sobre uno de los más graves problemas que afligen y alarman en estos mismos días a la América Latina y particularmente al Ecuador contemporáneo la cada vez más grave situación del sistema carcelario; el crecimiento de la acción delincuencial; la ineficaz acción legislativa enredada en un laberinto de normas, inapropiadas para reactivar la eficacia de las judicaturas y detener la cancerosa expansión de los delitos; los casos de justicia extrajudicial, sobre todo en los campos; los anaqueles de juzgados y cortes repletos de expedientes insolutos y la acción vigilante de FF.AA. y Policía insuficiente para detener asaltos y crímenes.
“25 años de acción ferviente junto a nuestros hermanos presos –dijo el Dr. Crespo Toral, al agradecer-, lucha denodada para que a nuestra corporación se la deje actuar, porque ha tenido toda clase de incomprensibles obstáculos, pese a que lo que falta es acercarse al encarcelado y recordarle que es un ser trascendente, con un destino eterno que puede alcanzar porque es hijo de un Dios que le espera como padre amoroso, si es que él se decide ir por ese camino, dejando todo lo que le haya apartado de dicho sendero”.
Se analizó el actual ineficaz sistema carcelario, basado en el castigo y endurecimiento de las penas y se recordó que en el mundo entero se lo considera inapropiado, porque “no redime ni a corto ni a largo plazo, crea venganzas, frustración, vuelve empedernidos a los delincuentes. La única solución es ayudar a quien delinquió a un cambio integral que le permita perfeccionarse junto con su familia y rescatar su capacidad de trabajo productivo y honorable. Con el cambio profundo, espiritual, vendrá, naturalmente la preparación para una buena vida práctica”, dijo Jorge Crespo al agradecer la condecoración otorgada.
Se recordó que el actual Presidente Correa , ha prometido reiteradamente apoyar a Confraternidad Carcelaria, sin que hayan atendido sus recomendaciones.