Bien hizo el Presidente en no prestarse a debatir con los otros candidatos. Lo hará con quien quede para una segunda vuelta, bastante improbable.
En cuanto a candidatos, el avisado lector estará conmigo en olvidarnos de Norman Wray y Mauricio Rodas en el entendimiento de que aún no están cuajados pero prometen dada su clara inteligencia. Deberá asignarme, además, razones que me asisten para afirmar que ninguno de los cinco candidatos restantes, de la oposición, o sus seguidores más visibles, no se presentan ante la vindicta pública sin las ataduras de un pasado de oprobio, como hubiera sido el caso del general Paco Moncayo.
Que se pretenda volver al libre ingreso a las universidades debe ser una imposición del MPD. Fueron ‘los chinos’ los abanderados de tal conquista como así lo definieron sus ideólogos. Para la Educación Superior Pública y para todo el país un desastre. La masificación estudiantil y la deserción consiguiente, masiva, resultaron ser venas abiertas por las que se desangraba el país. No hablemos de los estándares académicos que se vinieron al suelo, pese a los esfuerzos titánicos de los profesores que se quedaron pues otros huyeron despavoridos.
¡Increíble! Acabar con el examen de admisión a las universidades y volver a lo de antes con los cursos de nivelación es lo que se le ha ocurrido al Coronel que se empeña en volver a Carondelet, curado de espanto como parece que está. No se queda ahí: ¡r eabrirá las universidades que fueron clausuradas con razones de peso! Es como para ponerse a temblar ante la sola posibilidad de que la ‘cholocracia’ vuelva a hacer de las suyas.
Es la derecha económica con nuevos afeites la que propone reducir los impuestos. Con un candidato a la Presidencia de la República, en representación de PSC, llegaron al colmo: acabar con el SRI, como así fue anunciado. En la misma línea ‘el enviado de Dios’, el que pretendía hacer de nuestro país un inmenso puerto franco, una suerte de tierra de nadie, una enorme factoría africana propiedad de inversionistas extranjeros. Es el mismo que dice que no sabe cantar pero si hacer millones, inclusive evadiendo impuestos millonarios.
Sin minería a gran escala, reducidos o abolidos los impuestos, suspendida la construcción de las nuevas centrales hidroeléctricas, más la siempre posible baja del precio del petróleo, la señora Tibán estaría a un paso de lograr sus sueños: el sumak kausay; el retorno a los saberes ancestrales (piedra de moler y vela de cebo incluidas), consumir tan solo lo que la tierra da; el quichua ‘haciéndole fieros’ al español; de Educación Superior con lo que imparte el Dr. Macas en su universidad, va que chuta. Nuestro país, la Arcadia de la Grecia antigua en pleno siglo XXI. De relaciones internacionales, con Bolivia basta y sobra.