Fernando Lugo fue removido como presidente del Paraguay ajustado completamente a derecho. La Constitución de ese país -de la que he sido uno de sus redactores- contempla la remoción del mandatario por razones como “el mal desempeño en sus funciones”. Reunir votos en la Cámara de diputados es tarea harto difícil aunque, no pocos sientan la tentación recurrente de extorsionar o chantajear al jefe de Estado, pero cuando 76 de 80 miembros del Congreso electos en el mismo acto comicial que escogió a Lugo impulsan el ‘ impeachment’ la cosa está clara.
Ahora la Unasur y el Mercosur quieren aplicar la “cláusula democrática” de apartar al país que no haya ajustado su vida política a los cánones establecidos. Para el primer caso aquello no cuenta ya que el Congreso paraguayo no ha ratificado el protocolo de Usuahia aún y en el del Mercosur la situación no parece importar mucho a los paraguayos debido a las permanentes trabas y humillaciones comerciales practicadas por los dos socios más grandes del proyecto de integración que nació en Paraguay en 1991. Se dirá que el país no tiene salida al mar y que los costos serían gravosos, los paraguayos estamos acostumbrados a eso y hemos sobrevivido a la triple infamia de la guerra contra Brasil, Argentina y Uruguay que entre 1865 y 1870 aniquilaron al 80% de la población guaraní. El mayor genocidio de la humanidad, nos ha enseñado a los paraguayos sobrevivencia, coraje y dignidad por eso cuando países latinoamericanos cuyos gobiernos desprecian con frecuencia el Estado de derecho y pretenden dictar cátedra de democracia al Paraguay no nos queda otra cosa que levantar la voz y decirles: ¡con Paraguay se han topado!
Algunos afirman que el procedimiento de defensa ha sido corto y es cierto, pero nunca tanto como la justicia de un país latinoamericano donde un juez dictó sentencia luego de haber “leído” seis mil páginas en un par de horas para condenar a un periódico, sus propietarios y un periodista.
Nosotros sabemos de conjuras y aislamientos, hemos pagado con sangre nuestra historia de autodeterminación contenida en la nota de Gaspar Rodríguez de Francia al Libertador Simón Bolívar cuando dice: “…el principio sobre que gira el feliz régimen que ha libertado de la rapiña y de otros males a esta provincia, y que seguirá constante hasta que se restituya al Nuevo Mundo la tranquilidad que disfrutaba antes que en él apareciesen apóstoles revolucionarios, cubriendo con el ramo de oliva el pérfido puñal para regar con sangre la libertad que los ambiciosos pregonan. Pero el Paraguay los conoce, y en cuanto pueda no abandonará su sistema, al menos mientras yo me halle al frente de su gobierno, aunque sea preciso empuñar la espada de la justicia para hacer respetar sus santos fines”.
Mas claro… imposible.