Ambato es la primera ciudad de la Sierra centro que cuenta con un refugio provisional para los animales domésticos abandonados. Este espacio da alojamiento a 65 perros y 18 gatos. Está ubicado en la parroquia Izamba, en el norte de la ciudad, en la vía al cantón Píllaro.
El funcionamiento es regentado por el Municipio, con una inversión anual de USD 90 000.
El lugar cuenta con consultorios veterinarios, sala de cuarentena, jaulas, quirófano, sala de recuperación y un patio de entrenamiento canino. Los espacios están distribuidos en cinco bloques. Aquí son atendidos los animales que llegan heridos o que fueron abandonados en las vías de la capital del Tungurahua.
El administrador del centro, Diego Barrera, explicó que luego de tres años de funcionamiento, el espacio físico quedó estrecho y requiere de una ampliación. En este período de labores se entregó en adopción a 1 738 canes y se esterilizó a 6 207.
Por eso solicitará al Concejo para que fije una partida presupuestaria de USD 100 000, para el próximo año. Los recursos se invertirían en la contratación de otro médico veterinario y la edificación de un área de aislamiento individual para 20 perros.
También, se planea levantar un aula interactiva, para conferencias sobre tenencia responsable de mascotas y estarán dirigidas a los niños y jóvenes de la ciudad.
También, en la ampliación de las instalaciones y el equipamiento de los quirófanos con pantallas de monitoreo “La idea no es incrementar el número de animales, sino mejorar su estadía temporal”, explicó Barrera.
El martes pasado, Guillermo Sailema, técnico del centro, entregó en adopción a Violeta, una perra de dos años de color negro. Rosa Falcón, moradora de Huachi San Francisco, arribó al refugio y escogió a su mascota.
Antes de entregarle a Violeta, Sailema pidió a la mujer que llenara una solicitud. En el documento anotó los datos personales, referencias y dibujó el mapa de la ubicación de su vivienda. El propósito de los funcionarios es verificar que los datos presentados sean reales y puedan efectuar los controles semestrales para conocer el estado del animal.
Sailema mencionó que si no cumple con el cuidado responsable, deberá pagar una multa de USD 20 y devolver a la mascota. La mujer aceptó las condiciones. Canceló los USD 5 por la aplicación de las vacunas y la cirugía de esterilización, a la que fue sometida, y se marchó. “La adopción es una nueva oportunidad de vida para los animales y así erradicar la venta sin control de mascotas en los mercados”, dijo Falcón.