Cada vez que llueve, Luis Pintado se siente intranquilo. Su casa, ubicada en el sector Augusto Miranda, en La Argelia (sur), se asienta en una ladera y convive con el riesgo de deslizamientos o de flujos de lodo.
En 2019, un fuerte flujo bajó desde la avenida Simón Bolívar. Una de las viviendas afectadas fue la de Luis. Tuvo que salir de su hogar, pero regresó porque ha dedicado su vida a levantar esa casa. Él solo y por su cuenta ha adoquinado la entrada y ha abierto canales para el agua lluvia.
El sector de Augusto Miranda es parte del barrio San Luis de Miravalle. Está conformado por cinco asentamientos más. Hace 15 años era un solo barrio. Sin embargo, para empezar con la legalización fue dividido en cinco sectores.
Alexandra Umajinga dice que el barrio tiene más de 40 años. Sin embargo, solo después del evento de 2019, en el que no hubo víctimas qué lamentar, el Municipio inició la instalación del alcantarillado para los domicilios.
Ahora, las aguas servidas ya no se descargan directamente a la ladera en cuatro de los cinco sectores. Sin embargo uno de ellos, llamado La Esperanza, aún aguarda por la regularización por parte del Municipio capitalino.
En La Esperanza no hay alcantarillado ni tampoco una vía pavimentada. Existe un camino que está hecho de piedras, por tramos, y por él transitan quienes descienden al resto de zonas, como al mismo sector Augusto Miranda.
La mayoría de moradores se dedica a la construcción. Ese conocimiento lo aplicaron para erigir sus viviendas, pero también en la adecuación de canales y caminos para mitigar el impacto de posibles aluviones.
¿Qué pasa en La Esperanza?
Los dueños de las casas tienen problemas para juntar los documentos que avalan la propiedad de sus predios, según lo comenta Umajinga. Así, ese sector se asienta junto a otros de San Luis de Miravalle, que están legalizadas y sus habitantes al menos pueden postular para los presupuestos participativos y exigir obras.
La Unidad Regula Tu Barrio confirmó la situación de ese sector. Su director, Rogelio Echeverría, dice que los moradores presentaron la solicitud para iniciar el proceso, pero hicieron falta esos documentos.
Durante 2021, 35 barrios no lograron pasar los requisitos para ser reconocidos por el Municipio. De esos, 31 fueron por formalidades que pueden ser subsanables y cuatro negadas definitivamente por asentarse en zonas de riesgo.
Ese escenario lo tomó en cuenta la Escuela Politécnica Nacional (EPN), para desarrollar un programa de educación denominado Ciencia y Ciudadanía. El objetivo, como lo explica la geóloga María Isabel Cupuerán, es dotar de herramientas a los moradores para enfrentar los riesgos.
El programa es parte de un proyecto internacional denominado Tomorrow Cities. Ayer, como parte de las acciones, se preveía colocar una estación de monitoreo para las lluvias.
Cupuerán explica que los moradores de San Luis de Miravalle identifican cuando una lluvia es leve o fuerte. Sin embargo, para una adecuada gestión del riesgo es importante poner eso en números. Con la estación podrán saber en milímetros cuándo deben estar alertas.
El proyecto también incluyó el levantamiento de información sobre la historia en el barrio. Además, los vecinos visitan museos en donde obtienen información sobre las amenazas en Quito, una ciudad asentada sobre quebradas.
El aluvión del 31 de enero pasado en La Comuna y La Gasca es una alerta para estos sectores del sur de la capital. Vivir en riesgo, según Cupuerán tiene limitaciones, pero también presenta la oportunidad para gestionar.
El grupo que acompaña al proyecto está compuesto por geólogos, vulcanólogos e incluso ingenieros civiles. Umajinga cuenta que el acercamiento con la EPN les ha permitido notar lo que puede ser un riesgo en una zona como la de su barrio. Por eso han retomado las mingas, como una forma de unión e intervención en el sector.
En San Luis de Miravalle, la mayoría de moradores se dedica a la albañilería y a la construcción. Con la guía de la EPN han hecho trabajos para reducir el riesgo de vivir en una ladera.
Este año, Regula Tu Barrio tiene identificados 57 asentamientos que son susceptibles de ser legalizados. Según Echeverría, con esos barrios se empezará el proceso. Sin embargo, el Concejo Metropolitano es el ente que, al final de todo, define si da paso o no a su legalización. En La Esperanza esperan ser parte del proceso.
En Augusto Miranda, Luis Pintado toma un azadón para retirar la maleza en el ingreso a su vivienda. Una de las cosas que han aprendido en el sector es a mantener limpias las canaletas. No quieren otro episodio como el de 2019.