USD 75 302,75 es el monto total que destina el Ministerio de Finanzas, de forma mensual, para pensiones vitalicias de 22 exmandatarios. El proyecto reformatorio a la Ley Orgánica de Servicio Público plantea reducir en un 25% la pensión vitalicia mensual.
La mensualidad se calcula con base en la pensión actual vigente, designada para el presidente del país. Este monto se ubica en USD 5 072. La pensión corresponde al 75% de la remuneración actual. Es decir, USD 3 804. Con la reforma, se plantea fijar la pensión equivalente al 50%, un 25% más de reducción al salario actual de la dignidad.
Con ello, los expresidentes recibirían una pensión de USD 2 536. Los exvicepresidentes percibirían USD 2 434, en lugar de los USD 3 651,75 actuales.
22 exmandatarios reciben el reconocimiento económico
El Estado destina recursos para pensiones vitalicias de 12 expresidentes. El Ministerio de Finanzas desembolsa actualmente USD 45 044 mensuales para los expresidentes.
Rodrigo Borja, Lucio Gutiérrez, Oswaldo Hurtado, María Mahauad, Lenín Moreno, Alfredo palacio, María Pulley, Josefina Villalobos, así como los beneficiarios de Gustavo Noboa, León Febres Cordero y de Jaime Roldós, reciben una mensualidad de USD 3 804. Para Fabián Alarcón se destinan USD 3 200.
En cambio, son 10 los exvicepresidentes a los que se destinan pensiones vitalicias. Son Pedro Aguayo, Rosalía Arteaga, Jorge Zabala, Alberto Dahik, León Roldós, Eduardo Peña, Blasco Peñaherrera, Pedro Pinto, Luis Parodi y Alejandro Serrano. En total, son USD 30 258,75 mensuales.
La suma para todos los 22 exmandatarios es de USD 75 302,75.
César Cárdenas, director del Observatorio de Servicios Públicos, considera que no solo se debe reducir el sueldo vitalicio, sino eliminarlo para todos los exmandatarios.
El exvicepresidente Dahik lamenta que el Legislativo “pierda su tiempo en lo que ha sido un derecho adquirido, de quienes han aupado esas magistraturas”.
El analista político Leonardo Jaramillo considera que, en materia de austeridad, la aprobación de la reforma implicaría un mínimo impacto en el presupuesto general del Estado. Cree que se trata más de una política populista la intención de reducir la pensión vitalicia.
“En términos macro, esto realmente no significa nada. Es una gota de agua en el océano”, expresó.