EL COMERCIO presenta su rediseño del periódico. La nueva estructura va más allá del cambio de tamaño del papel. En nuestras páginas encontrará más temáticas y formatos atractivos. El periódico apuesta por su agenda propia respecto de las plataformas digitales.
La alegría se regó. Una foto del nuevo formato de EL COMERCIO se compartió en el chat de WhatsApp y el equipo se alegró al ver el nuevo producto. Uno de los colaboradores lanzó una frase para resumir la emoción: “¡Una nueva era!”.
Desde el 1 de enero de 2022 circula un periódico con un nuevo tamaño y formato. Y esa es quizás la razón para entender que está en marcha un cambio de tiempo. Sin embargo, la propuesta que presentamos va más allá de la forma, involucra otros conceptos.
En la Redacción están abiertos los desafíos. “Queremos contar historias relevantes para nuestros lectores, pero también queremos conquistar a nuevos ojos”, explica Marcos Vaca Morales, director de esta casa editorial. Este reto es complicado, porque las nuevas generaciones están inmersas en estos días en Internet y justamente la virtualidad marcó el camino para repensar la forma de hacer el periódico en el día a día.
Dos elementos básicos se desprenden de esa reflexión y que ayudaron a rediseñar EL COMERCIO. El primero, el entendimiento de que las noticias -por su naturaleza- nacen y evolucionan en las plataformas digitales. El reto es profundizarlas y dar perspectiva a la información en el impreso. El segundo elemento es que debe construirse impacto visual.
El diseño, la fotografía, la infografía e incluso la ilustración son actores importantes que se conjugan con el texto. Catalina Reinoso lideró el equipo gráfico que conceptualizó el cambio. Su propuesta busca impactar con apuestas más atractivas e incluso ‘arrevistadas’, especialmente en las temáticas de fin de semana.
En esa misma línea trabaja Fotografía. Vicente Costales, líder del equipo fotográfico, transmite a sus compañeros la idea de siempre buscar protagonistas y acciones en las fotos y que “todas las gráficas puedan ser de portada”.
En las páginas se incorporaron más desagregados gráficos para generar descansos de la lectura. Asimismo, el lector encontrará espacios en blanco que permiten más contrastes.
Muchas de estas ideas salieron de los propios lectores, mediante un grupo focal, un sondeo interno con la Redacción y análisis de tendencias de periódicos de otros países. “La idea era tener la mayor cantidad de insumos para realizar el cambio y acercarnos a lo que los lectores buscan”, concluye el Director de EL COMERCIO.
Dentro de los pedidos de los lectores se encontraron elementos que ayudaron a la redefinición. Lo básico es potenciar historias de personajes y que estas conmuevan. Otro elemento es la necesidad de explicar más los hechos que afectan a las personas. Un tercer factor es el vínculo del periódico con Quito. En esta nueva era, se mantienen y se renuevan los lazos con las causas ciudadanas. EL COMERCIO trabajará periodísticamente para contar cómo evoluciona la capital del país, pero también quiere ser un espacio de debate de todos los sectores que promueven a la ciudad como un mejor espacio de convivencia.
La apertura a nuevas temáticas también está en agenda. La llegada de la pandemia ha hecho que se consoliden otras formas de entender la sociedad. Asimismo, la tecnología hace que el mundo sea visto de otra forma, al punto que hasta las economías se ven afectadas, todo esto tiene que ser contado, explicado, graficado, fotografiado y registrado para la historia.
El desafío es enorme. Los medios de comunicación tradicionales deben fidelizar a sus audiencias y comunidades, pero -a la vez- tienen que conquistar a nuevos públicos; ambos grupos con gustos y exigencias distintas. Los cambios generarán indudablemente críticas y son bienvenidas. Dentro del equipo se sabe que el nuevo periódico será un producto vivo, en constante evolución e innovación.