Es como regresar a los tiempos de la Unión Soviética: todos los veranos durante dos semanas se impone el estado de excepción en los cuartos de baño desde Kaliningrado hasta Kamchatka. Algunos se quejan, pero para otros es la oportunidad de iniciar una aventura amorosa. Toda esta situación se debe a la antigua planificación soviética.
Pero a día de hoy, las autoridades siguen cortando el agua caliente a gran parte de los ciudadanos en todas las ciudades para realizar trabajos de modernización y cambiar las cañerías, algunas de las cuales datan de los tiempos de Stalin. Pero muchos rusos no dejan de extrañarse. “Ganamos la Segunda Guerra Mundial y volamos al espacio, pero no tenemos un sistema decente de cañerías”, critica el estudiante Andrei.
“¿Que no hay agua caliente? ¡Que antediluviano!” se quejaba la turista Katie Webster en Internet tras visitar Moscú. Esta australiana había reservado una habitación en una vivienda privada y tan solo los hoteles de lujo de la capital disponen de su propio sistema de agua caliente. Miles de viviendas de capital, que tiene más de diez millones de habitantes, tienen que compartir un sistema de cañerías central, que data de la antigua economía comunitaria.
Por lo tanto, entre mayo y septiembre durante dos semanas un barrio detrás de otro se va quedando sin agua caliente. Los trabajos de remodelación son necesarios, ya que por las oxidadas cañerías y las fugas a menudo llegan al agua metales pesados y microbios, advierten los expertos. La buena noticia es que desde el 2005 Moscú ha renovado 4 000 kilómetros de cañerías. La mala es que todavía quedan otros 6 000 kilómetros por renovar.
A muchos rusos no les sale a cuenta comprar un termo. La pensionista Galiana Ustvolskaya comenta que no se va a gastar 300 euros (433 dólares) en un aparto que sólo van a gastar durante dos semanas. Pero para los amantes del agua caliente al menos en Moscú tienen un alivio, pues el alcalde Serguei Sobyanin, en el cargo desde otoño (boreal) de 2010 ha acortado su primera “edad de hielo” a diez días.
Las voces críticas consideran que esta medida responde a un cálculo político, pues consideran que el alcalde tan sólo quiere ganar simpatizantes elevando la temperatura del agua. Muchos rusos están hasta las narices de este estado de excepción. Y es literal. “¿Puede usted imaginarse cómo huele un metro de Moscú sin ventilación cuando casi nadie se ducha?”, pregunta la vendedora Irina.
También otras antiguas repúblicas soviéticas tienen estas deficiencias, como es el caso de Ucrania. Allí el movimiento de mujeres Feme protestó con mucha piel al desnudo en las fuentes de Kiev. En caso de que durante la Eurocopa de 2012 de fútbol se suspenda el agua caliente, sería una “vergüenza enorme” para el país, advirtieron las activistas ataviadas en biquini.
Pero la “Guerra Fría”, tal como los blogueros llaman a la época sin agua caliente todavía no tiene ganadores. Los tradicionales baños de vapor (Banjas), hacen caja abriendo antes en verano para los moscovitas y así mucha gente aprovecha para darse una ducha antes de ir a trabajar. Aparte de los clientes habituales, también acuden familias enteras para darse un baño.
Y para los corazones solitarios entre San Petersburgo y Vladivostok, esta de época de agua fía está considerada como la época de mayor flirteo. “¿Tienes agua caliente?” es una de las frases favoritas para la ocasión. Algunos solteros incluso ofrecen su ducha con agua caliente en algunos foros especiales o llevan siempre una botellita de champú consigo, siempre listos para una aventura amorosa.