El Ecuador vuelve a endeudarse con la República Popular China. La nueva operación que compromete recursos del erario nacional por USD 2 000 millones elevará a USD 6 500 millones los préstamos con la potencia asiática.
Las operaciones con China empezaron con la venta anticipada de petróleo, continuaron con los recursos para la construcción del gigantesco proyecto hidroeléctrico Coca Codo- Sinclair. El cuantioso préstamo se anuncia cuando a principios de año los propios responsables de la planificación estimaban que para 2011 no haría falta más deuda.
Entender la lógica con que se manejan las finanzas del Estado es harto difícil. El Presupuesto para el presente ejercicio fiscal se estimó en USD 23 450 millones. El precio internacional del crudo hacía presagiar altos ingresos, sobre todo si se toma en cuenta que el cálculo del barril de petróleo está subestimado. Se contempló un barril de USD 65 y los precios han superado con creces esa cifra, e incluso han sobrepasado los USD 100 durante algún tiempo. En consecuencia, hay ingresos superiores a los estimados inicialmente.
Por eso es que el paquete de impuestos anunciado ahora, más allá de las contradicciones que pueden revelar inconsistencias técnicas o cálculos políticos, sonaba extraño sobre todo si se había hablado de la adecuada estructura presupuestaria y su financiamiento bien ajustado.
Ahora, aparte de tomar recursos del bolsillo de los ecuatorianos por cerca de USD 400 millones con impuestos, se acude a empréstitos que deberán pagar las próximas generaciones y, para colmo, con una tasa de interés mucho mayor que la de prestamistas tradicionales. Se impone transparencia sobre estas transacciones.