El Hospital General Guasmo Sur fue el primero en informar en esta semana la drástica reducción de pacientes con covid-19. El pasado jueves una de sus salas de hospitalización dio el alta a las tres últimas personas que permanecían bajo observación debido a neumonía causada por el virus SARS-CoV-2.
En otras casas de Salud de Guayaquil el panorama también es alentador. En el Hospital Teodoro Maldonado Carbo, del IESS, las cifras reflejan el descenso de la enfermedad. El sábado 21 de agosto de 2021 anunció que de las 47 camas de las áreas críticas de Emergencia solo seis estaban ocupadas.
En marzo de 2020, durante el inicio de la pandemia, los servicios de hospitalización se saturaron. El Luis Vernaza, de la Junta de Beneficencia de Guayaquil, tuvo que designar varias áreas para atención exclusiva de covid-19. Pero en las últimas semanas mantienen solo una sala, con un número reducido de camas.
Algo similar ocurre en las clínicas privadas. En estos centros hay bajos de reportes de ingresos tanto en hospitalización como en UCI. Incluso el Hospital Bicentenario, adecuado por el Municipio de Guayaquil para atención exclusiva de covid-19, ya abrió otras especialidades médicas.
La infectóloga y epidemióloga Carmen Soria explica que el descenso de la enfermedad ha sido sostenido en la ciudad. Entre las posibles causas menciona el avance del proceso de vacunación, pero también la inmunidad adquirida naturalmente por la infección viral.
“Habría que evaluar qué porcentaje de vacunados tiene Guayaquil. Todavía en el país no alcanzamos lo que se esperaría, el 70% de vacunados para decir que habrá una inmunidad de rebaño. Posiblemente en Guayaquil ya se habrá infectado el 60% de la población y estaríamos muy cerca de tener una inmunidad colectiva entre los vacunados e infectados”, indica Soria.
El país se mantiene en alerta por la circulación de la variante Delta, que ha causado el colapso hospitalario en países como Estados Unidos y algunos de Centroamérica. En Ecuador, el epidemiólogo Federico Cabrera explica que hay una curva descendente y la mortalidad también ha disminuido.
Sin embargo, enfatiza que es necesario mantener las medidas de bioseguridad. “Hay que seguir cuidándose. Los vacunados completamente, cuando asistan a lugares cerrados, igual deben usar la mascarilla. Y ya en lugares abiertos, en grupos que también estén vacunados, las medidas pueden ser un poco más flexibles”.