El guardameta Cassio fue un verdadero candado y el peruano Paolo Guerrero fue el ariete que marcó los tantos en la semifinal y final del certamen jugado en Japón
Cassio, el muro corinthiano
El arquero del Corinthians, Cassio Ramos, vive un momento feliz. Ayer fue proclamado mejor jugador del Mundial de Clubes, tras tener una actuación decisiva en las victorias en semifinales contra Al Ahly y en la final frente al Chelsea de Inglaterra.
Empezó su carrera en el arco a los 10 años en el equipo Guaraní de su ciudad natal Veranópolis, antes de pasar al Gremio de Porto Alegre. En esa época conoció a Tite, su actual entrenador, quien entonces dirigía a la división de mayores de Guaraní.
Tras jugar con Brasil en el Mundial Sub-20 de Canadá, fue fichado por el PSV Eindhoven holandés con solo 20 años, después de haber jugado un solo partido con el Gremio.
Con el club holandés participó en solo dos encuentros en casi cinco años. Luego fue al Sparta de Rotterdam, donde estuvo cedido en 2009 y jugó 15 partidos. Sus ídolos en el arco fueron los porteros Claudio Taffarel y Danrlei (ambos brasileños) y el colombiano Óscar Córdoba, que jugó en el Boca Juniors.
Cassio terminó el Mundial con la valla invicta. Pero sus buenas actuaciones no solo se dieron en la cita japonesa. En la Libertadores, conseguida por el equipo a mediados de año, siempre aportó seguridad y liderazgo. Ayer a pesar de ganar el trofeo al mejor jugador, dijo que el mérito es de todo el equipo. AFP
Guerrero es el nuevo ídolo
La decisión de Paolo Guerrero de dejar el Hamburgo para vincularse, a mediados de este año, al Corinthians fue un baldazo de agua fría. El delantero peruano fue criticado por dejar Europa.
Nadie entendía cómo pudo dejar el fútbol alemán, de primer nivel, por un brasileño en el que su principal cualidad es la exportación de jugadores.
Cuando el ‘Depredador’ fue presentado como flamante delantero del ‘Timao’, este confesó que uno de sus principales objetivos era consagrarse campeón en el Mundial de Clubes y hasta vaticinó que el rival en la final sería el Chelsea de Inglaterra, campeón de Europa.
Guerrero pasaba los exámenes médicos en Brasil con más críticas destructivas que constructivas. Antes de su presentación ya cargaba sobre su espalda una mochila de 400 kilos: se le entregaría la camiseta número ‘9’, aquella que había vestido Ronaldo, el goleador histórico de los mundiales e ídolo del equipo.
Guerrero fichó por el Corinthians luego de jugar nueve años en Alemania, donde defendió las camisetas del Bayern Múnich y Hamburgo. Fue figura
Hoy Paolo Guerrero suma ocho tantos en 15 partidos oficiales con el Corinthians. A sus 29 años se ha convertido en el ídolo del ‘Timao’ por ser el artífice de la consecución del título del Mundial. El Comercio de Perú