El viernes 22 de enero del 2021 el Presidente madrugaba a Twitter por el Plan de Vacunación contra el covid-19 en Ecuador. “No permitiré, bajo ningún pretexto, cambios de último momento de beneficiarios”, escribía Lenín Moreno. El país despertaba perplejo por la aplicación irregular de vacunas en un hospital de Quito. Horas antes había aterrizado en el país el primer lote de fármacos, apenas 8 000 dosis.
“Los infractores serán depuestos de sus cargos y judicializados”, aseguraba en Twitter. A la mañana siguiente, una brigada de vacunación fue sorprendida en la residencia de la madre del entonces ministro de Salud Juan Carlos Zevallos. El Secretario se quedó 34 días más; se fue por su voluntad después de que la “coalición público-privada” incluyera a su madre en la lista para la segunda dosis.
¿Brigada? Sí. Vacunadores capacitados (el fármaco de Pfizer requiere -70° C) han inmunizado a personal sanitario de primera línea en la pandemia y a gente vulnerable en centros del Estado. Pero también a “invitados” (casi no salen de la comodidad de sus propiedades), ‘tiktokers’, ‘vacunas vip’.
¿‘Vacunas vip’? La jornada de vacunación a miembros del club de Samborondón en un “complejo” con música en vivo es impresentable. Miles de familias aún se desvelan para inscribir el nombre de sus padres, abuelos y adultos mayores conocidos o vecinos, que no tienen ni teléfono celular, en el “intermitente” formulario web del Plan de Vacunación gubernamental. Recién un registro para que los “viejecitos” (palabra del régimen) se pongan a la fila, con vacunas aún por llegar. ¡Desolador!
¿Una coalición público-privada elabora las listas? ¿Quiénes la integran?, ¿por qué? Si el Estado adquirió las dosis, ¿dónde están las auditorías a los contratos? Si utilizar los recursos de todos en “beneficio propio o de terceros” es delito (COIP), ¿dónde están los grilletes?
¿Recursos del Estado? Si la plataforma ha significado decenas de horas perdidas para miles de ecuatorianos, ¿dónde están los responsables? ¿Dónde está la lista vip? Señores, la palabra de un Presidente no puede ser burlada.