Entrevista al Embajador de Chile en Ecuador.
Hoy se habla sobre las nuevas tareas de las FF.AA. en el continente sudamericano, ¿qué pasa en Chile?
Nuestros hombres (Ejército, Marina y Aviación), en armas, son menos que hace 10 años, porque ahora tenemos más tecnología y necesitamos menos gente. Si bien (los chilenos) vivimos en un territorio que nos es satisfactorio, también creemos que debemos participar del quehacer mundial. Hemos formado una fuerza conjunta de paz con Argentina y está a disposición de Naciones Unidas.
¿Qué pasa en Sudamérica?
Las FF.AA. están muy lejos de lo que pasó en la década de los 60 y 70 cuando hubo gobiernos militares en nuestros países, excepto Colombia y Venezuela. Tampoco vale ese mito de las Fuerzas Armadas golpistas en contra de la democracia, sino que vivimos otros momentos. Hay una cooperación regional en otros ámbitos.
¿Uno de los nuevos retos es el combate al narcotráfico?
Ese es un tema muy complicado. No es tan simple decir que las FF.AA. se aboquen a esa tarea.
¿Por qué?
No es función de las FF.AA. Al menos en Chile, la Constitución establece que el orden público y la persecución de la delincuencia esté a cargo de la Policía: Carabineros y la Policía de Investigación. Esa es una situación que está en discusión porque en Ecuador hemos visto cómo el Gobierno ha resuelto utilizar a las FF.AA. para que salgan a patrullar en las calles y por supuesto que lo hacen de acuerdo a la Ley y la Constitución. Es legítimo, pero el orden público sigue a cargo de la Policía.
¿Cómo analiza el problema del narcotráfico en Ecuador ?
El país se encuentra en una zona muy delicada. Si bien no se produce clorhidrato de cocaína y no hay producción, se ubica entre los dos mayores productores y hay un altísimo riesgo de que los puertos sean utilizados como plataformas de los carteles. A nosotros también nos pasa.
¿Cómo afecta a Chile?
Tenemos serios problemas en el norte, porque hay pruebas de la existencia de corredores (del narcotráfico) en Arica, Iquique, Antofagasta y Tocopilla, donde se han detectado embarques en los que van droga, también laboratorios clandestinos donde hay precursores para la producción de narcóticos. Desde la perspectiva chilena, esta es una cuestión que no está en las FF.AA. Ahora, si en un momento determinado el poder político toma la decisión y hace una reforma constitucional para que esto cambie, habrá que hacer los estudios y adecuaciones…
¿Cuál es la misión actual del Ejército en su país?
Hemos cerrado nuestros problemas fronterizos con Perú, Bolivia y Argentina. Lo decimos con certeza porque nos cobijan leyes y tratados, no necesitamos FF.AA. preparadas para eventuales eventos de esta naturaleza, pero están preparadas para que terceros sepan que este no es territorio de nadie. Es decir, tiene bandera, habitantes y posee pertenencia.
¿Otro de los cambios en el continente es la transparencia del gasto militar?
Publicamos el Libro de Defensa Nacional en 1997 y sacamos ediciones puestas al día sobre la modernización. Lo que tiene que ver con la defensa de Chile es público y no hay secretos de que se esté comprando un avión, un barco o un submarino y que no lo sepa otra nación. Eso se acabó y no tiene sentido porque, en la actualidad, de cualquier cosa que pase en el mundo nos enteramos.
¿Qué otros roles tienen las FF.AA. en la región?
El trabajo de desminado de las fronteras es otro cambio sustancial. También la colaboración en desastres naturales.