15 canes donados por la Embajada de los Estados Unidos que serán adiestrados para labores de detección de drogas se incorporaron este 14 de diciembre del 2020 a las filas de la Policía Nacional. Foto: cortesía.
Cada perro arribó al Ecuador con los documentos que confirman sus cualidades para el trabajo antidrogas: amigables, despiertos, trabajadores y juguetones. En total son 15 canes donados por la Embajada de los Estados Unidos y que serán adiestrados para las labores de detección de drogas.
Desde este lunes, 14 de diciembre del 2020, los animales forman parte de las filas de la Policía Nacional.
El acto de incorporación de los animales se hizo en las instalaciones de la Unidad Nacional Canina de la Policía Nacional, en el norte de Quito. Al evento asistieron Geovanny Ponce, director Nacional de Investigación Antidrogas, Ory Abramowicz, director del Departamento Antidrogas de la Embajada de Estados Unidos y otras autoridades.
Ponce indicó que la entrega de los 15 canes es parte de un plan de “fortalecimiento a la capacidad institucional del Ecuador para controlar la producción y tráfico ilícito de sustancias ilegales”.
El proyecto incluye la donación de 90 canes en un período de dos años, con fases de entrega de 15 cada cuatro meses. Los perros que llegaron este lunes tienen un valor de USD 160 000. Es decir, la donación total es de USD 960 000.
En el país hay 120 canes adiestrados en detección de drogas. Según Erick Benítez, subdirector de investigación de Antinarcóticos, se trata de una cifra menor a lo óptimo, pues se necesitan mínimo 190 en todo el país.
Los perros trabajan en diferentes Unidades Caninas Antidrogas ubicadas en Carchi, Imbabura, Sucumbíos, Esmeraldas, Manabí, El Oro, Pichincha y Guayas.
Las dos razas más usadas para esta tarea son el pastor belga malinois y el pastor alemán. También existen labradores y este lunes llegaron perros de esta raza.
Para la Policía, lo importante es que los perros sean capaces obedientes y capaces de adaptarse para el trabajo.
“Hay dos tipos de perros: los agresivos y los pasivos. A los primeros se les capacita para destruir el objeto donde está oculta la droga. Los otros son pasivos y cuando encuentran el narcótico se sientan”, indica Benítez.