Por segunda semana, esta vez desde la Justicia, se reitera que más indefensos ciudadanos soportan la ola de robos y agresiones. “La Fiscalía confirma que reporte de robos aumenta cada semana. Ayer un hombre fue asesinado en el norte de Quito”. (EL COMERCIO, 9 de julio de 2020)
También informa sobre los robos a escala nacional. Del 16 al 22 de marzo del presente año, 358. Hasta el 20 de abril, 369. Luego, una cifra que causa miedo: al 14 de junio, 1 097; y al 5 de julio, el número de robos y asaltos, algunos con muerte, sumaron 1 145.
En conclusión, como está el fenómeno delictivo, el ciudadano honrado debe dejarse -sin resistencia- despojar de lo que tiene, sufrir la agresión física y, en algunos casos, resignarse a morir
También se ocupa de las víctimas y les confiere un escudo protector: la legítima defensa. En el Art 33 del Código Orgánico Integral Penal se dispone: “Existe legítima defensa cuando la persona actúa en defensa de cualquier derecho, propio o ajeno, siempre cuando concurran los siguientes requisitos 1. Agresión actual e ilegítima; 2. Necesidad racional de la defensa”.
¿Cuál es el medio “racional” de defensa de la víctima? Sus puños no pueden contra el arma blanca y, menos, contra el proyectil de arma de fuego. Cabe recordar que en los asaltos no interviene un solo ladrón sino varios ¿qué oportunidad tiene el asaltado para defenderse? Urge aprobar un medio legal para que la gente honrada pueda disponer de arma de fuego para su defensa, ampliando la Ley de Armas. Así, la persona honrada podrá defender su vida, las de su familia y, también, sus bienes.
Los Legisladores tienen que preocuparse por una solución, pues en la ciudadanía se están organizando para detener la embestida criminal. En varios barrios de Quito han formado brigadas de vigilancia y si detienen a un ladrón, lo castigan físicamente. Si interviene la cólera el ladrón puede terminar gravemente herido o muerto. Ya se leen letreros: “Ladrón cogido, ladrón quemado”.
No es mera suposición. En este Diario, el 13 de julio se informa que en el barrio San Roque cerca de 200 moradores golpearon a un sospechoso como presunto violador de una niña de 12 años. Lo salvó la Policía, pero ya tenía heridas en los brazos, cara y cráneo.
El derecho de tener arma de fuego sería -en primer término- para defender el hogar. Igualmente, para viajar o transportar. Sobre esto último, recordemos a los camioneros y taxistas asaltados en la vía, golpeados y abandonados luego de haberles privado de su automotor.
Cualquier cambio debería hacerse después de los procesos electorales, incluidos los cercanos, pues encienden ánimos de agresión; así como en justas deportivas de amplia concurrencia, algunas terminan en gresca.