Luego de cinco años alejado de los músicos de la Orquesta Sinfónica Nacional del Ecuador (OSNE), el maestro Álvaro Manzano regresa a dirigir a la agrupación en un concierto que incluye un estreno nacional: Totentanz o ‘Danza Macabra’, de Franz Liszt.
Esta obra para virtuosos del piano, junto con la Sinfonía ‘Patética’ de Tchaikovsky, será interpretada en una presentación a realizarse esta noche, a las 20:00, en la sala de conciertos de la Casa de la Música (Valderrama y Mariana de Jesús). El costo de la entrada es USD 5.
El programa de la noche iniciará con la obertura ‘Carnaval’ de Dvorak, una obra dedicada a la vida. La partitura está cargada de energía orquestal, donde abundan ritmos de danza e influencias folclóricas de la región de Bohemia, donde nació el compositor.
Luego se realizará el estreno de la ‘Danza Macabra’, de Liszt. Esta es una partitura para piano y orquesta que se caracteriza por la búsqueda de un lenguaje propio del compositor, rico en nuevos colores y sonoridades, además de una exigente técnica pianística. La obra se basa en el tema del rito católico medieval ‘Dies Irae’ (‘El día de la ira’).
En la segunda parte del concierto, el maestro Manzano dirigirá a la OSNE en la Sinfonía Nro. 6, ‘Patética’, de Tchaikovsky, la obra final y la más apreciada por el compositor ruso, que despliega una seria carga emocional, suavizada por la esperanza y la felicidad oscurecida por la desesperación.
Según comenta Manzano, la finalidad de este programa de concierto es encaminar al público por una experiencia musical en tres momentos: la vida, el castigo y la esperanza.
Para el director ecuatoriano, volver momentáneamente a la orquesta ha significado “una gran alegría porque la he querido mucho y le dediqué 17 años de mi vida”. Ese cariño por la agrupación le ha permitido ver, en dos semanas de trabajo, que persisten los “desniveles en la orquesta”; cosa que no quiere que se note esta noche.