Los capitanes Jorge Durán y Carlos Breilh, de la Dirección Nacional de los Espacios Acuáticos (Dirnea), presentaron el balance de las operaciones de control en la zona de Manabí. Foto: Elena Paucar / EL COMERCIO.
La velocidad de los botes de fibra de vidrio los convierte en un blanco al que apuntan las organizaciones narcodelictivas para el transporte de estupefacientes. Entre enero y noviembre de este año, la Armada del Ecuador, junto con organismos internacionales, ha decomisado diez de estas embarcaciones, implicadas en el traslado de 3 942 kilogramos de cocaína. 62 personas fueron detenidas.
Las cifras son parte del resumen de actividades de control de la Autoridad Marítima en las costas ecuatorianas en lo que va del año. El informe fue presentado este domingo 24 de noviembre de 2019 en la Dirección Nacional de los Espacios Acuáticos (Dirnea), en Guayaquil.
“En las próximas semanas se van a intensificar los controles. Se va a emplear la mayor cantidad de medios como unidades de superficie, guardacostas, batallones de Infantería Marina, así como medios aeronavales con un avión de exploración aeromarítima”, indicó el capitán Jorge Durán, subdirector de Operaciones Marítimas de la Dirnea.
Este domingo se presentó el balance de Manabí, provincia que cuenta con dos Capitanías de Puerto (en los cantones Manta y Bahía de Caráquez) y un Subcomando de Guardacostas. En esa zona se han realizado 611 operaciones, como aseguró el capitán Carlos Breilh, subdirector nacional de los Espacios Acuáticos.
En los operativos han confiscado 300 kilogramos de alcaloide. Además han decomisado 94 motores fuera de borda y 25 embarcaciones fueron aprehendidas por contar con documentación irregular. Para la Dirnea, estas irregularidades también estarían vinculadas al tráfico de estupefacientes por vía marítima.
Las organizaciones narcodelictivas zarpan desde la costa norte y sur de Ecuador. La Armada ha identificado dos rutas: una que conduce directamente a Centroamérica y otra que pasa por el sur de las Islas Galápagos.
Esta actividad ilícita afecta a los pescadores. En el país existen 295 caletas pesqueras, donde se registran 20 361 embarcaciones. Según datos de la Dirnea, cerca de 71 000 personas se dedican a la pesca artesanal en el país, quienes generan casi USD 100 millones al mercado local y USD 45 millones en producto de exportación.
Este sector reclama continuamente el incremento de los controles debido a los robos y ataques que sufren en altamar. Para atender las denuncias, el capitán Breilh explicó que mantienen los comités de seguridad humana en el mar, que articulan acciones entre la Gobernación de cada provincia, la Policía, así como delegados del Ministerio del Ambiente, el Viceministerio de Pesca, Fiscalía y la Armada del Ecuador.