Gabriel García Márquez fue otro escritor que incluyó en su literatura a la gastronomía. Los sabores autóctonos colombianos se reflejan en ‘El Coronel no tiene quien le escriba’, con la famosa mazamorra de maíz. O la alboronía, un plato típico que da el matiz culinario a su obra ‘El General en su laberinto’. Algunas de estas delicias fueron incluidas en el libro ‘El sabor de la eñe. Glosario de gastronomía y literatura’, realizado por el Instituto Cervantes.
Pero sin duda la obra que más vínculo tiene con el arte culinario es ‘Doce cuentos peregrinos’. El escritor plasma su lado gourmet ella. La presencia casi permanente de la cocina hacen de la experiencia de la comida un “catalizador de historias”, afirma Karina Pugh Briceño en el portal afuegolento. com
En los doce cuentos, García Márquez relata experiencias de personajes con los alimentos. Tal es el caso de ‘Buen viaje señor presidente’, cuyo protagonista tiene prohibido comer todo pero cede ante las tentaciones de una taza de café o una costilla de buey al carbón y una ensalada de legumbres.
Además, en ‘La Santa’ y ‘El avión de la bella durmiente’ se plasman los viajes por Europa donde se describe a los restaurantes, bares y cafeterías. Ahí se pueden intuir las escapadas del Premio Nobel para saborear un buen café.
Por otra parte, ‘Me alquilo para soñar’ es un cuento particularmente cercano a las delicias del paladar y describe a un Pablo Neruda ‘glotón’. “Se comió tres langostas enteras descuartizándolas con una maestría de cirujano, y al mismo tiempo devoraba con la vista los platos de todos, e iba picando un poco de cada uno, con un deleite que contagiaba las ganas de comer: las almejas de Galicia, los percebes del Cantábrico, las cigalas de Alicante, las espardenyas de la Costa Brava.”, describe el texto.
Karina Pugh concluye que en los doce cuentos, ‘Gabo’ retrata el carácter de los latinoamericanos y constituyen “un derroche de sentido gastronómico”. En fin, una obra por la buena cocina.
La comida mexicana es una de las predilectas en la mesa del escritor colombiano. En ese país tiene una propiedad y vivió gran parte de los años 60. Recientemente, Animalgourmet dedicó un programa homenaje a Gabriel García Márquez y su familia en el cual prepararon una sopa de hongos, chiles en nogada -uno de sus favoritos- y un postre de higos en su honor.
No podía faltar en su obra el gusto por café, elemento recurrente para conformar los relatos y construir historias en cada uno de sus personajes como en ‘Cien años de soledad’ o ‘El Amor en tiempos de cólera’.
A continuación presentamos la receta de la Mazmorra de maíz:
Ingredientes:
- 4 mazorcas de maíz tierno y dulce
- 1 litro de leche
- 2 latas de leche evaporada (o de leche de coco)
- Media taza de azúcar (al gusto)
- Una pizca de sal
- 3 o 4 astillas de canela
- 1 cucharadita de vainilla
- 1 cucharada de maicena disuelta en un poquito de agua (opcional)
- Canela en polvo para decorar
(Con la mitad de la receta se preparan 8 porciones individuales)
Preparación:
- Se desgranan las mazorcas.
- Se colocan los granos de maíz con un poco de la leche y se licúan a alta velocidad.
- Se cuela y exprime bien la mezcla. Se vuelven a licuar los restos del maíz con otro poco de leche hasta sacar todo el jugo del maíz. Desechar las cascaritas del maíz.
- Colocar la mezcla de maíz con el resto de todos los ingredientes en una olla, menos la maicena y la vainilla , y se cocina a fuego mediano revolviendo continuamente hasta que hierva y espese. En este momento, se agrega la maicena diluida en un poquito de agua (esto se hace si le gusta una consistencia más espesa, es opcional), sin dejar de revolver, se deja hervir y espesar. Por último, se agrega la vainilla.
- Cuando se logre la consistencia deseada, bajar del fuego, y dejar enfriar un poco.
- Todavía tibia, servir la crema en envases individuales y espolvorear con canela en polvo. Cuando enfríe, guardar en el refrigerador.
- Servir bien frío.