Según el Diccionario de la Real Academia, locura -en su primera acepción- es: “Privación del juicio o del uso de la razón”. ¿Será cuerdo, a pura interpretación de los derechos de igualdad y no discriminación, que sea legal el matrimonio no solo entre hombre y mujer?
En mi condición de viudo podría contraer nuevo matrimonio. Pero si la pareja es otro hombre surgiría el gravísimo problema de quién de los dos irá al Registro Civil con vestido de novia. ¿Yo? No. Jamás. La gente me lanzaría piedras. Mejor, viudo.
Si ha perdido el uso de la razón, el nuevo Quinto Poder pretende dejar sin valor las decisiones del anterior y entre otros milagros, echar a la calle al Contralor Dr. Celi y a la Fiscal General Dra. Salazar, empeñados en investigar y llevar ante la justicia a quienes han cometido muy graves delitos.
¿Sería normal que el Reverendo que ahora lo preside, quiera dialogar solamente con autoridades de su jerarquía, es decir con Presidentes? Porque -según el Sacerdote- el Lcdo. Moreno … “es un hombre bueno, un hombre frontal y es alguien que no me va a engañar”.
Agrega: Lo de los Inapapers, … “dañan la imagen del Presidente, pero se queda en una campaña sucia, que denigra a la persona. Eso no lo puedo permitir”. ¿Por qué se empeña, entonces, en que se impulse el caso Inapapers que los adversarios lo invocan para tachar al Presidente Moreno?
¿Qué le pasa a nuestro querido nuevo Alcalde y su deseo de llevar el perro a la oficina? Habrá alguien que, al referirse a él, pueda usar la frase “el perro del Alcalde”, con doble o triple sentido de burla u ofensa personal. Recordemos lo que antaño se decía del Intendente sobre un cuadrúpedo … “que lleva carga y no la siente”. El señor Alcalde podría perder respeto, un valor de alta significación en una Autoridad. La tarea municipal básica sin mucho dinero, es eliminar la telaraña administrativa y la tramitología que atormentan a los ciudadanos en sus pedidos o reclamos. Si le sobran empleados, podría ocuparlos en formar equipos de voley, mejores que algunos ineficaces futbolistas.
Dejando atrás la politiquería, parece que estamos locos de remate al contar con ese equipo de fútbol que, en la primera presentación ante Uruguay, no solo permitió actuar a un agresor que mereció expulsión; y en lugar de “Dejar muy en alto el nombre de la Patria”, lo dejó en el piso. Finalmente, obsequioso, uno de ellos metió un gol en nuestra propia portería, como una “cortesía” para el rival.
En la mañana del día lunes el televisor se negó a funcionar. Pensé que el aparato se sumó a la decepción deportiva. Pero no. Vino el técnico, lo hizo funcionar y lo que había acontecido es que la Empresa Eléctrica seguramente quiso hacerles notar que Bolillo y sus boys ya están apagados, menos Antonio y Enner Valencia.