Jugadores del Quito acudieron al complejo de Carcelén para el agasajo de fin de año. Foto: Álex Puruncajas / EL COMERCIO
El incumplimiento en el pago de una deuda de USD 45 000 al exfutbolista argentino Martín Andrizzi es el nuevo tormento del Deportivo Quito.
El impago originó que la FIFA solicitara a la Federación Ecuatoriana de Fútbol (FEF) el descenso de categoría al club quiteño, campeón cinco veces de la Serie A.
Esta temporada, la ‘AKD’ jugó en la Segunda categoría y fue invitado a la Copa Ecuador. Así, desde el próximo año, deberá jugar en el fútbol amateur.
Deberá inscribirse en la Asociación de Fútbol Amateur de Pichincha, regulada por la Concentración Deportiva de Pichincha y que forma parte de la FEF.
Andrizzi jugó en el equipo campeón 2008 y la mitad de la temporada 2009. Disputó 17 partidos y apenas marcó dos goles. Tras su salida, hizo un reclamo al cuadro azulgrana -porque no le cancelaron montos- hasta llevarlo a la FIFA, que ordenó el descenso.
Alertado por el inminente conflicto, Juan Manuel Aguirre -presidente de los chullas- viajó a Buenos Aires hace dos semanas. Según su testimonio, Andrizzi le pidió USD 30 000 para llegar a un acuerdo, algo que no fue aceptado. “En la Segunda no generamos los ingresos de Primera categoría y no contamos con ese dinero”.
El Quito ya fue castigado por no cancelar el monto por la deuda con Andrizzi en el 2016. Este año le descontaron 24 puntos por otros reclamos.
Esta vez la FIFA aplicó la sanción más alta. Andrizzi, al no llegar a un acuerdo, dejó el caso en manos de su abogado Juan de Dios Crespo.
“Intentamos contactarnos con el abogado, pero no pudimos. Ahora vamos a averiguar en qué categoría debemos jugar”, se lamentó Aguirre, quien ayer acudió al complejo del club, en Carcelén, donde los jugadores tenían previsto un agasajo por su buena campaña en la Copa Ecuador, en la que superaron dos rondas.
La Comisión Nacional de Fútbol Asociado (Confa) invitó al cuadro azulgrana a ese torneo y, en sus dos partidos de local, llenó la preferencia del Olímpico Atahualpa.
La deuda forma parte de una ‘bola de nieve’ de apuros económicos que el Quito acarrea desde que obtuvo el título en el 2008, tras 40 años. Su deuda ‘en firme’ actual asciende a USD 8 millones, según Aguirre.
Entre los acreedores se encuentran los técnicos Carlos Ischia, Rubén D. Insúa, Nelson Acosta y Marcelo Fleitas y los jugadores internacionales Luis Manuel Seijas, Federico Nieto, Sebastián Rusculleda, Gonzalo Rovira y Franco Niel.
La deuda más elevada corresponde a Insúa y sus colaboradores, que reclaman USD 800 000. Ischia solicita USD 300 000 y Nieto, USD 250 000.
El endeudamiento empezó tras el título del 2008, al elevar sueldos. Entre ese año y el 2014, por ejemplo, el Quito invirtió 45,3 millones, según una auditoría. Pero sus ingresos fueron menores: USD 25,7 millones. Es decir, hubo un desbalance de USD 19,5 millones.
Desde ese 2008, también hubo inestabilidad dirigencial: el club ha tenido 13 presidentes en 10 años, dos de ellos fueron implicados en procesos judiciales.
Los conflictos incidieron en el aspecto futbolístico. El club ha descendido de categoría tres veces en cuatro años. En el 2015 bajó a la Serie B. Al año siguiente fue a Segunda. Y, ahora, estará en el amateurismo.
“Nos quedamos en el aire con esta sanción”, dijo Juan Guerrón, uno de los jugadores que fue ayer al agasajo de fin de año, en el Complejo de Carcelén. El zaguero se enteró de la noticia en el recinto deportivo, al igual que varios de sus compañeros.
Guerrón es uno de los 24 futbolistas de la plantilla que jugó la Copa Ecuador este año. Según Amílcar Mantilla, directivo de Confa, la ‘AKD’ sí podrá continuar en esa Copa en el 2019. “El Quito fue invitado a este torneo, que tiene a equipos amateur. No hay impedimentos para que juegue”.
Juan Manuel Aguirre, presidente del Quito (sentado), estuvo en el recinto deportivo. Foto: Álex Puruncajas / EL COMERCIO
Sin embargo, las amenazas de más sanciones están latentes. Aguirre confesó que Seijas pudiera reclamar montos, aunque recalcó que habló con él para que esto no ocurra.
Aguirre y su grupo están firmes en mantener al equipo y evitar ‘liquidarlo’ para refundarlo con otro nombre.
Una de las opciones que manejan es llamar a una asamblea extraordinaria para que los socios resuelvan el futuro del equipo. No apelarán la sanción de la FIFA.