Por las veces que he conversado con usted, más allá de sus decisiones y acciones desde el poder, pienso en sus intenciones. Estoy convencido que lo peor que le podría pasar al Ecuador, en las circunstancias actuales, es que se produzca algún factor de desestabilización en su salud o en el ejercicio del poder. Dios no lo permita.
Pero, con la franqueza que usted ha reconocido, cuando hemos hablado, debo puntualizar lo siguiente. Es excelente que usted escuche y dialogue, pero las decisiones en materia económica ya no pueden esperar.
Yo no coincido con quienes están en la línea del gradualismo, tampoco con los que recomienden “paquetazos”, Aplicar el 15% de la quimioterapia a alguien afectado por cáncer, no solo no surte el efecto deseado, sino que incide en el agravamiento de la enfermedad.
Cuando el 2014 tuve un severo problema cardiaco, por mi edad y otras condiciones, no faltaron los que me dijeron que podía “sobrevivir” con extremos cuidados, otros me aconsejaron tomar la decisión que en ese momento podía ser de mayor riesgo, pero que luego me permitiría calidad de vida. Decidí lo segundo, me sacaron gramos del corazón y me sustituyeron las válvulas cardiacas; y, aquí estoy con mis 76 años.
Si hay que elevar los precios de los combustibles, hágalo en el nivel que la medida sea eficiente. Lo que será inadmisible es que no se controle con racionalidad el gasto público; y, además, que, como hasta ahora, no se pase de la información de la corrupción. ¿Cuándo los procesos por los incumplimientos de las empresas chinas, en lo energético, en lo constructivo y equipamiento, en salud y en educación, en buena parte vinculado con corrupción? ¿Cuándo los procesos por las responsabilidades civiles, administrativas y penales de la deuda pública? ¿Cuándo paran la cadena de negociación de petróleo, vía Enrique Cadena Marín?
Una persona cercana a usted –ex del correato- me decía: “el Ecuador quiere soluciones, no venganzas”. Mi respuesta fue y es “cualquier forma de impunidad, podría entenderse como rabo de paja”. Y puedo afirmar que no es el caso de Moreno, pero puede ser de algunos otros.
El Ecuador, Presidente, está en recesión más aguda de lo que aparece en las cifras públicas.
¿Hay empresarios privados tramposos y defraudadores, como dicen los del correato? Seguro que sí. ¿Por qué no se los sancionó en el correato? Más tufo de corrupción.
La cadena de incumplimientos: El sector público no paga a sus proveedores, a jubilados y a otros que tienen acreencias establecidas, nunca reconoce intereses de mora, los proveedores no pueden pagar a terceros –y ahí sí pueden ser demandados y aun con intereses- y la cadena contaminante se alarga y alarga.
¿Hay que seguir esperando?