Cuba emprende reformas fundamentales en su Constitución. Es clave el cambio de modelo político, económico y social.
El proyecto de cambios constitucionales, cuyo rápido estudio pasó por el tamiz de la Asamblea Nacional del Poder Popular, formula cambios de fondo que luego deberán ser sometidos en las urnas a consulta popular.
Si bien se insiste en la preponderancia de la empresa estatal y su núcleo, la propiedad socialista, hay apertura a otras formas de propiedad privada, vedadas en casi 60 años de revolución.
El comunismo ya no es el fin aunque sí ‘una sociedad socialista, independiente, próspera y sustentable’, en palabras de Esteban Laso, quien preside el ente conformado por 600 legisladores. En la carta política de 1976 se remarcaba el avance hacia una sociedad comunista, alusión que quedaría eliminada, aun cuando su puesta en práctica no sea cosa fácil. Se mantiene el partido único (Comunista) como sujeto político.
Otro aspecto que se menciona es la apertura a la inversión extranjera, que de distintas forma ha llegado a la isla caribeña desde el desembarco, por ejemplo, de empresas europeas con inversión en turismo y su infraestructura.
En materia social, terminarían años de homofobia con la aprobación del matrimonio entre dos personas (y no entre un hombre y una mujer, como es ahora). Los homosexuales fueron perseguidos y sometidos a la reeducación.
La sociedad cubana y sus dirigentes tienen por delante un gran reto.