La censura de un Presidente del Gobierno y la elección de su sucesor, no tiene precedentes en la monarquía parlamentaria que rige a España tras el franquismo.
Mariano Rajoy, del derechista Partido Popular (PP), se derrumbó por la censura y se nominó Presidente a Pedro Sánchez, del centro izquierdista Partido Socialista Obrero Español (PSOE). La crisis política fue una deriva del caso Gürtel, un escándalo de corrupción en las arcas partidarias que llevó al tesorero del PP, Luis Bárcenas, a una condena de 33 años de cárcel.
Mariano Rajoy tenía en sus manos la posibilidad de extender su agonía política si hubiese dimitido, pero decidió afrontar la moción de censura, escuchar las duras críticas del hasta ayer líder de la oposición Pedro Sánchez, e incluso estrecharle la mano una vez censurado. Nada es personal, dijeron ambos dirigentes.
El nuevo Presidente del Gobierno se reunirá hoy con el Rey Felipe VI, quien le encargará formar gobierno.
Pero la crisis de gobernanza que atraviesa España no termina allí. Ahora le toca a Sánchez, que perdió dos elecciones, cumplir con sus nuevos y acaso temporales y hasta interesados aliados en la censura: el izquierdista-populista Podemos, los nacionalismos catalán y vasco y los partidos de la izquierda de ambas comunidades, en medio de un debate que desgastó a España y tensó su economía por la crisis de Cataluña.
Pedro Sánchez no la tendrá fácil, y si se complica puede anticipar comicios.