El director de cine ecuatoriano Sebastián Cordero en una charla con estudiantes de la Universidad de las Artes (Uartes) en Guayaquil. Foto: Mario Fausto / EL COMERCIO
El cineasta ecuatoriano Sebastián Cordero trabaja en la adaptación al teatro de su película ‘Rabia’ (2009), una pieza dramática que planea estrenar a finales de abril próximo aprovechando las estancias de la Casa Cino Fabiani de Guayaquil, una vivienda patrimonial del barrio Las Peñas y espacio alternativo de las artes escénicas de la ciudad.
“La película también transcurrían dentro de una casa. Estoy haciendo la adaptación del texto y voy a dirigir la obra, es la primera vez que incursiono en teatro, algo que me interesaba mucho explorar”, le contó Cordero a EL COMERCIO, previo a una charla en la Universidad de las Artes (UArtes), la mañana de este miércoles 24 de enero del 2018.
El proyecto aún se encuentra en proceso de casting, pero entre los actores de la pieza teatral estarán Alejandro Fajardo y Víctor Arauz, dos actores locales con los que Cordero había trabajado antes en sus filmes.
El guionista y director de películas como ‘Ratas, ratones, rateros’, ‘Pescador’ y ‘Sin muertos no hay carnaval’, trabaja además en la escritura del guión de una nueva producción cinematográfica. “Estoy viviendo con los personajes de una ‘peli’ que se hará en un año y medio”, dijo.
Cordero participó en un foro de la Uartes sobre violencia sexual junto a la sexóloga Susi Hidalgo y tras la proyección de su película ‘Crónicas’ (2004).
El director sostuvo que en la creación del personaje de Vinicio Cepeda (interpretado por Damián Alcázar) se inspiró en asesinos seriales y violadores como Pedro Alonso López, el Monstruo de los Andes, Daniel Camargo y Luis Alfredo Garavito.
“Compartían elementos comunes –explicó-, eran asesinos con tinte sexual e hicieron cosas que revuelven el estómago; tanto como lo que ahora pasa en las escuelas, donde hemos visto historias escabrosas y terribles.
‘Crónicas’ tiene 13 años, pero siento que es igual de relevante”. También mostró su preocupación por la frecuencia con la que se presentan crímenes sexuales en el país.
“Esto desgraciadamente sigue pasando. No hay que hacerse de la vista gorda”, dijo.
El proyecto de nueva película en la que trabaja el cineasta incluirá también una carga de contenido social, aunque en menor medida de películas anteriores, adelantó.
En el cine latinoamericano es inevitable soslayar situaciones de injusticia, desigualdad, violencia o pobreza, dijo.
“Obvio que una realidad dramática, conflictiva y problemática va a ser también más dinámica en la pantalla, va a ser algo que te enganche, pero al mismo tiempo brinda la oportunidad de exponer un problema, de ponerte en los zapatos del otro, sin que necesariamente tengas que dar una respuesta (o solución)”, indicó.