Un conocido axioma económico asevera que los impuestos tienen un nivel máximo, a partir del cual el total recaudado tiende a disminuir. Este axioma tiene validez en casi todos los países donde rige la economía de mercado.
Por ejemplo, aludiendo a nuestros vecinos Colombia y Perú, estos países han realizado sendas investigaciones para llegar a establecer que, para que los impuestos crezcan al mismo ritmo que el de sus economías, la tasa de tributación total en relación al Producto Interno Bruto, no debe sobrepasar el 14,22% y el 15,02% respectivamente.
La práctica de ese axioma ha contribuido a que ni Colombia ni Perú adolezcan de un déficit fiscal crónico, carezcan de una inversión boyante, no tengan un nivel de empleo adecuado o dependan de una masiva deuda pública; dolencias que, lamentablemente, sí han estado presentes desde hace una década en la economía ecuatoriana.
Por otro lado, no obstante que en el Ecuador no se ha efectuado ninguna investigación sobre el límite máximo de impuestos que puede soportar nuestra economía, al observar el deterioro de nuestras recaudaciones en los últimos años, se puede concluir que nuestro nivel máximo de recaudación también debe estar ubicado entre los dos porcentajes estimados por nuestros vecinos.
Recordemos que esos porcentajes fueron rebasados a partir del 2015, cuando el gobierno creó las Salvaguardias y posteriormente decidió elevar dos puntos al Impuesto al Valor Agregado.
Desde entonces, la recaudación total de impuestos empezó a bajar y ha continuado decreciendo hasta el día de hoy; a pesar de que se han creado 16 impuestos adicionales a los 14 ya existentes cuando Rafael Correa asumió el poder.
Con la reciente reelección del gobierno de Alianza País, aunque bajo otro presidente, también se renovó la creencia de que lo importante es financiar los gastos del gobierno adquiriendo nueva deuda y creando nuevos impuestos. Pero como contratar nueva deuda ya no es tan fácil, crear nuevos impuestos es la alternativa que, hoy por hoy, el Gobierno prefiere.
Es así que lo más visible en la denominada Ley de Reactivación Económica, es la creación de nuevos impuestos. No se conoce si es que el Gobierno han realizado el necesario cómputo econométrico que se requiere para estimar el monto de tributos que generaran los nuevos impuestos; en su primera década, Alianza País jamás lo hizo. Pero sí se conoce que en el presupuesto del 2018, se asume que los impuestos alcanzarán la cifra de USD 18 325 millones. Es decir, el Gobierno predice que recaudará USD 5 000 millones más que lo recaudado en el 2017, sin explicar el porqué.
Si esa predicción se cumple, Alianza País habrá acertado por primera vez en la presente década. Por otro lado, el arriba mencionado axioma económico habrá fallado, también por primera vez.
Columnista invitado